22 mayo 2006

This is home


En una de las canciones del prícipe de Egipto dice: "Este es mi hogar, con mi padre, madre, hermanos en orgullo y dignidad". El domingo entendí eso, lo viví: me sentí en casa, a gusto, lleno de vida. Contrario a lo que esperaba, es decir, ustedes vieron la publicación anterior y no era muy alentadora. Anoche estuve algo triste, enojado, desesperado, no sé... pero bueno, Dios no me deja solo nunca y aquí ando, con nuevos bríos para seguir.

Los amigos que estamos en el coro desayunamos en mi casa. Enchiladas con pollo y chocolate con pan, refresco y pastel (del que estoy embarrado en la foto) de tres leches. Esta vez no quiero poner nombres, simplemente porque sería injusto, no todos pudieron asistir lamentablemente. Además, los amigos del coro no fueron los únicos en el desayuno, ni son los únicos amigos que tengo.
Creo que nos divertimos y salió bien gracias a Dios.

Recibí un gran regalo anticipadamente. Yo, que me sentía tan desubicado e intranquilo, tuve un sitio de nuevo, un grupo al que pertenecer simplemente por lo que soy, por como soy (que ya es decir, eh) Tengo algo que ofrecer a estos muchachos y mi misión no acaba aún aquí. NO queda del todo clara, pero ya no vivo la zozobra de hace un tiempo.

Las cosas por lo demás van bien... no es una cosa que digamos que bárbaro, pero no me quejo. Sigo solterito y, según me parece ahora, aún falta muuucho trecho del camino. Je, je, je. A ver a qué horas, ¡eh!

Bueno... mañana tendrán noticias mías y ... Dios irá diciendo

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