Definitivamente imaginé este día mucho muy diferente a lo que va a ocurrir. Y es que simplemente hemos alterado tanto nuestras pequeñas vidas, que a veces nos parece que los sueños no hicieron más que alegrarnos un poco, pero no pueden ser alcanzados.
Cuando me fui para Celaya, sabía que de algún modo ellos iban a tener un fruto del amor que se tienen. También daba por hecho que yo tendría que hacer algo en la vida cristiana de esa familia recién formada. Más de una vez, pensando en mis dos amigos, me los imaginaba, sentados, casándose ante la atónita vista de sus padres; y me pensaba diciendo una homilía graciosa, simple, de corazón. Y el bautizo de su primer hijo... y todo lo que te puedas imaginar. Definitivamente sonreía cuando esos pensamientos me sorprendían.
Yo creo que por eso también acepté ser padrino de Sofía, es una especie de revancha. Sí, porque volví con las manos vacías de México (aunque el corazón repleto y otras muchas cosillas, debo admitir) y nada de lo que llegué a soñar se podrá vivir hoy. Así de simple: los sueños se quedaron en un limbo inalcanzable del que nosotros mismos nos alejamos por terquedad, por ansiedad, por inexperiencia, no sé...
Anoche me dejé purificar por la lluvia y hablé con Él. No fue la primera vez en la que pido perdón, en la que me arrepiento de no haber interpretado las señales del Maestro de forma adecuada. Pero, ¿sabes?, anoche fue especial: sentí como ese perdón, ese "yo estoy aquí; ¿crees que te abandonaría?" Lloré, me empapé, dejé que cada lágrima muriera con las gotas de agua que, consoladoras, no dejaban de tocarme.
Y hoy, renovado, escribo todo esto porque necesito desahogarme; porque estoy feliz. Es cierto que la realidad es muy distinta a los sueños que cada uno tuvo sobre este día, pero también es cierto que dentro de nuestros corazones la amistad sigue viva, los deseos no se mueren y el anhelo porque esta chiquilla viva lo más feliz posible están. Nosotros hemos llegado hasta aquí, queda continuar con lo que tenemos y afrontar la vida con sus retos.
Que Dios nos ayude, que esté con nosotros en esta misión y que la llene de su Sabiduría.
Cuando me fui para Celaya, sabía que de algún modo ellos iban a tener un fruto del amor que se tienen. También daba por hecho que yo tendría que hacer algo en la vida cristiana de esa familia recién formada. Más de una vez, pensando en mis dos amigos, me los imaginaba, sentados, casándose ante la atónita vista de sus padres; y me pensaba diciendo una homilía graciosa, simple, de corazón. Y el bautizo de su primer hijo... y todo lo que te puedas imaginar. Definitivamente sonreía cuando esos pensamientos me sorprendían.
Yo creo que por eso también acepté ser padrino de Sofía, es una especie de revancha. Sí, porque volví con las manos vacías de México (aunque el corazón repleto y otras muchas cosillas, debo admitir) y nada de lo que llegué a soñar se podrá vivir hoy. Así de simple: los sueños se quedaron en un limbo inalcanzable del que nosotros mismos nos alejamos por terquedad, por ansiedad, por inexperiencia, no sé...
Anoche me dejé purificar por la lluvia y hablé con Él. No fue la primera vez en la que pido perdón, en la que me arrepiento de no haber interpretado las señales del Maestro de forma adecuada. Pero, ¿sabes?, anoche fue especial: sentí como ese perdón, ese "yo estoy aquí; ¿crees que te abandonaría?" Lloré, me empapé, dejé que cada lágrima muriera con las gotas de agua que, consoladoras, no dejaban de tocarme.
Y hoy, renovado, escribo todo esto porque necesito desahogarme; porque estoy feliz. Es cierto que la realidad es muy distinta a los sueños que cada uno tuvo sobre este día, pero también es cierto que dentro de nuestros corazones la amistad sigue viva, los deseos no se mueren y el anhelo porque esta chiquilla viva lo más feliz posible están. Nosotros hemos llegado hasta aquí, queda continuar con lo que tenemos y afrontar la vida con sus retos.
Que Dios nos ayude, que esté con nosotros en esta misión y que la llene de su Sabiduría.
Siempre nos imaginamos las cosas, los días por venir. En la mayoría de los casos, nuestra imaginación se pasa de la raya o se queda corta. Es tan difícil ser exactos.
ResponderBorrarLa realidad siempre es distinta, y puede ser más sorprendente que nuestras ficciones internas. Y eso es como el picante de la vida. A veces le da emoción, a veces nos quema las entrañas.
Lo cierto es que seguiremos afrontándola a ella y a sus retos.
Saludos Felinos!
Acho.
PS. Este es mi tercer post en tu blog, creo. El primero está en "No es interesante", el segundo en el de las madres. Solo te lo cuento para que veas que no es cierto lo que dijiste por ahí que no te leen/comentan. Y para que mis palabras no pasen desapercibidas (siempre el ego jajaja).
¡Monseñor!
ResponderBorrarReconozco que es una agradable sorpresa y un honor tenerlo por acá. De saber que venía, habría barrido. Ja, ja, ja, ja.
Es cierto lo que dices, compita, la realidad es distinta, un manjar amargo y dulce a la vez.
He leído los comentarios, no crea que no, sólo conterto en este por falta de tiempo más que de ganas...
Por lo pronto, que bueno que comente, y Dios bendiga a ese felino ingenio suyo.
Jajaja... No hay que preocuparse por el barrido... Como le dije que iba a regalarle una escoba del cuarto, que sea una de las mágicas, de las que barren solas jajaja, así ya no hay que preocuparse por la limpieza del blog ;)
ResponderBorrarY sí, la realidad es una eterna cajita de sorpresas. Me ha tocado en estos días estrellarme de narices y arrugarme los bigotes contra una situación que desde hace lustros preveía, pero que no pudo presentarse más diferente y confusa. Pero bueno, a estirar los bigotes, arreglar la nariz y seguir adelante.
Si el felino ingenio ha sido el don que me han regalado, sólo me queda hacerlo rendir el ciento por uno, y no enterrarlo como el del pasaje de los talentos (para que vea usted que no por ser de los bosques nevados soy ignorante jajaja).
Gracias, amigo, por los buenos deseos y que vuelvan a ti multiplicados.
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