de prisa

A veces no sabes bien cómo, pero el Señor tiene sus formas extrañas de decir las cosas. Definitivamente creo que no hay lo que llamamos "coincidencias"... el que dude puede ir al Alquimista de Coehlo o algún otro libro feliz... y verá que sí. Dios se aprovecha de la flexibilidad de nuestras frágiles existencias para movernos hacia lo que es bueno para nosotros. A veces, como ya he dicho, no entendemos, pero luego nos cae el veinte.

Cuando salimos de todo el asunto de la hora santa, que no estuvo muy buena... en realidad lo más relevante fue la presencia del Maestro, pobrecito, ahí encerradito viéndonos... sin la chance de salir y darnos un fuerte abrazo de ánimo. Mira que muchos de los chavos lo necesitan... y mucho.
Bueno, la cosa es que ensayamos y salió bien... y luego Caro y yo nos fuimos a su casa: que no me quiere lastimar, que no ahora... yo creo que ya se enclochó con la idea... que no juegue con mi paciencia, que no tengo mucha. :(

En fin, ahora hay que salir al patio, mi primo espera... ya luego seguiré contando :)

Por cierto ... gracias por reirte, amigo León :)... está bueno, no?