30 julio 2012

Vigilia


acordes de guitarra, vestigios de pieles antiguas, olor al pasado en la expectativa de la novedad del futuro, agradecer, sonreír, saludar, entregar lo mejor para el final -tal vez- Con un hueco grande en mi pecho, la bolsa llena de esperanza y el reto de abandonarme todo a Aquel por Quien yo soy... así voy viviendo la vigilia previa al viaje que comenzará una aventura nueva. 

nada es tan intenso como justo antes de despedirse de ello. Hoy me voy agradecido con quienes compartieron el camino junto a mí por una u otra razón. Lamento que no haya dicho mucho, que a algunos simplemente no lo haya comentado para nada o que haya soltado la noticia a boca de jarro. (Será que esta vez el Señor me salió así al paso, sin movimientos previos o algún amistoso intercambio de golpes) Tampoco quería despedidas y esas cosas... hoy regreso como quien vuelve a casa y sabe que nada tendrá que temer. 

estoy contento con aquello que pude brindar, aunque soy consciente que mis errores habrán engendrado dolores y agonías que nadie debió sufrir. Pido perdón por los arrebatos y las inconstancias de mi paso, los giros de mi rumbo y los planes que tuvieron que romperse porque mis sueños fueron distintos a los tuyos. Agradezco humildemente las alegrías y las pruebas que compartimos en el tejido que el Señor fue formando con nuestras vidas. 

De JME me llevo un recuerdo grato. Un punto de encuentro donde podía ser yo mismo y dar algo que tenía para que alguien más se beneficiara. Dios los puso en mi camino para que supiera que mi vida se debe empeñar entre los que tienen hambre de Dios (aunque a veces no lo sepan) Las risas, los ensayos, la rebeldía, las altas esperanzas, la sincera noche de mayo cada año, la fidelidad en la prueba, su entrega y más que ahora escapa a mis dedos... Gracias.

De Maple salgo feliz porque pude crecer tanto profesional como personalmente. Tengo a muchos alumnos en mente que transformaron mi visión de la educación. De una labor a un apostolado. Así pude asumir la voluntad del Padre sobre el cómo estar entre quienes tienen hambre de Dios. 

Mis amigos me ayudaron a crecer en la paciencia, la tolerancia, el equilibrio entre la soledad y el bullicio. Mis silencios y mis palabras espero hayan sido justos, apropiados y de ayuda siempre. Aceptarme como soy pasa por quienes me hay acompañado en el camino y han abierto el corazón a quien soy más que quien ellos esperan que sea. Ahí está el gran tesoro de la amistad. Un abrazo a quienes me devolvieron la fe en el cenobio.

A mi familia le debo mucho de quien soy ahora. NO hay palabras que describan nuestro proceso. Soy feliz con quienes ellos son y lo que representan en la Historia que el Señor me regala cada día. 

Estoy vivo y agradecido por todos estos dones a lo largo de 8 años. Parto no sin dolor, pero parto feliz y lleno de esperanza en el mañana porque creo en un Dios que me ama y me infunde lo que necesito para vivir. 

22 julio 2012

¿cómo que te vas?


Después de un año de proceso y discernimiento, de ver mi propia historia, lo que Dios ha hecho conmigo en estos años sobre todo, de reconocer que a pesar de lo que había -he- conseguido no estoy del todo satisfecho.. Siento como si mi corazón me pidiera algo más, algo que sé que no podría encontrar en una vida laical; una llamada que no puedo explicar del todo porque ni yo mismo alcanzo a comprender ni el cómo, ni muchos porqués que aún me quedan en el tintero... pero también comprendí en este año que muchas de esas interrogantes quedarán pendientes para mi abrazo definitivo con el Padre allá en el cielo -cuando me toque llegar- Así que, habiendo sentido este llamado con más fuerza, con más urgencia si se pudiera decir la palabra, he decidido aceptar la invitación, cambiar mi vida y regresar a un sueño que ha ido cambiando de color a lo largo de mi proceso.

Al principio pensé que todo era una ilusión, que tal vez era una búsqueda de sentar cabeza y voltear a ver a una ex de quien estuve tan enamorado pero luego abandoné... Luego me figuré que estaba en busca de una seguridad que sólo una institución me puede ofrecer... pues no dejarían que me muriera de hambre, ¿no?... Después me imaginé que era la crisis de antes de los 30 donde quieres independencia... Y al final, después de darle vueltas y más vueltas, me di cuenta de que hay gente que nace para dar la vida así nomás... como a cambio de nada, que le llena estar "metido" en esto porque es el camino que Dios ha delineado para su realización personal, es feliz porque va haciendo la voluntad del Padre en su propio caminar...

Yo me he tropezado innumerables ocasiones. No soy un santo y tú conoces algunos de mis lados oscuros y momentos no tan halagüeños como persona. Yo mismo dije alguna vez hace algunos años que ni de broma volvería a un seminario, que lo que había visto me había defraudado enormemente... ¿sabes lo que vi? Me vi a mí mismo... me miré defraudándome, rompiendo con el sueño de color rosa que algún día me formé; no soporté mi propia traición y preferí irme de allí para buscar ser feliz -rosa- en otro lado.

Al cabo del tiempo, mi propia oscuridad ha sido redimida. Aún sigue ahí, es decir, me sigo equivocando, meto la pata cuando parece que más cerca estoy de alcanzar un vínculo con Dios (el Absoluto...) Hasta hoy comprendí que mi llamado nace del Amor, no de mi empeño. Aceptar mis oscuridades es una cosa, aceptar que Dios trabaja a través de ellas, es otra. Me ha costado mucho aceptar que después de todo sí quiero, sí es mi sueño, sí he venido al mundo para servir desde esa trinchera específica... no porque yo sea de un modo u otro, porque aporte habilidades maravillosas o porque mucha gente pueda opinar que está bien que me vaya, mucho menos porque me esté buscando a mí mismo...

Me voy porque Alguien me está esperando para seguir mostrándome sus caminos. Nunca ha dejado de hacerlo y por ello ha llegado la hora de volver a México con los Escolapios. Todo por seguir a Quien me ha llamado. ¿cómo estoy seguro de la llamada? ¡No lo estoy! Al menos no del modo empírico de evidencias irrefutables... la Fe basta cuando los Sentidos no comprenden todo del todo. (Estoy aprendiendo cómo se hace eso, te juro que es la parte que más ruido me hace, pero la que más ilusión me causa) 

11 julio 2012

Pensando...

Muchas cosas me han dejado pensando en los últimos días. Mensajes recibidos y deudas pendientes en su mayoría, pero también he visto y oído palabras importantes que necesitan ser ordenadas. La más importante es DISCERNIMIENTO. El término salió en las conversaciones con mi madrina de confirmación y mi tía Concepción. 
Al mirar atrás y ver el camino recorrido en este año, reflexiono cómo ha cambiado mi vida en los últimos meses. Con todo y los accidentes y baches que este proceso ha tenido, los errores que he cometido a mi pesar y que me mostraron los límites de mis juicios y mis ideas -mi inmadurez- he podido descubrir lo que Dios me pide que haga con mi vida. 
Tal vez suene un poco extraño, pero hasta este momento me pega con toda su intensidad la palabra por sí misma: separar, golpear para separar. Cernir implica separar las impurezas y quedarse con lo valioso: distinguir qué queremos en nuestra vida y qué no. 
Mas para vivir el discernimiento me faltaba que alguien me dijera que estoy cometiendo un error. Creo que el Señor también ha puesto a alguien en mi camino para llevar esta función. Con dolor reconozco el daño que le he hecho y con gratitud reconozco lo importante que ha sido en este caminar. Tengo Fe que Dios proveerá para su vida y su propio encuentro con Él, aunque en este momento no pueda percibirlo con claridad. 
He distinguido, pues, que aunque mis sentimientos se confundan a veces, o haya palabras que me turben un día o dos (o tal vez más) y que a pesar de las personas que me dicen lo equivocado que estoy (según ellos) SÉ que Dios me quiere gastando la vida en la Escuela Pía. Mi corazón no ha dejado de latir con ese deseo, pero hoy reconozco que no he sido yo quien ha buscado, sino mi Padre quien ha plantado esa semilla en este duro pedregal. 
¿Quién soy? ¿Qué quieres de mí, Señor? Siguen siendo las preguntas a responder. Ahora acepto que siempre lo serán, que de algún modo la vida nos pone frente a aquello que debemos hacer y que siempre pedirá de nosotros una decisión. La decisión es el precio que tenemos que pagar por vivir. El riesgo sin el que la vida carece de sentido. ¿Para qué quieres la vida si no la gastas por Quién te la ha entregado? Es una pregunta dura que me impulsa a tomar este paso. 
Ya he visto lo que es intentar seguir por mis caminos. Me traté de convencer de cómo era la vida conmigo al timón, y que era buena, que todo saldría bien porque Dios estaría conmigo. Dios nunca me ha dejado. Con paciencia me mostró –a veces contra mi voluntad, a pesar de mi ceguera o mi cansancio– el brillo que mi alma tiene cuando habla de Él, el hueco en el estómago al pensar en Él, la expansión y el calor en el pecho cuando estoy cerca suyo, la sonrisa que se vive cuando estoy entre mis hermanos. Así, me sedujo y me llevó por caminos que sólo Él conoce... Misterio insondable.
Parto sin idealizar la vida religiosa, sin fanatismos o supercherías perfeccionistas... Creo que he sido llamado por un Amor que me rebasa, que me abrasa y que siempre ha estado aquí conmigo –en la brillantez de mi disposición y en la oscuridad de mi cobardía– Espero todo de ese mismo Amor porque su Promesa está firme –no por méritos míos– Y Amo ese Amor con las limitaciones propias de mi simpleza, de mi inmadurez. 
Ya estuvo bueno de "buenas intenciones" solamente. Ahora hay que responder. 

-en todo eso he estado pensando...