25 diciembre 2009

Navidad 2009

Hablando de la Navidad y del sermón que escuché en la misa del 24, me vienen a la mente algunas ideas sueltas que pueden funcionar para crear un post.

La vida a fin de cuentas sigue sin que le importe qué día es, o si es una fecha especial. El tiempo es un implacable verdugo que no se detiene ante nada ni nadie. Así que somos nosotros quienes le damos la importancia que queramos a las fechas, a los días, al tiempo en sí. Está entonces en nuestras manos el tipo de Navidad que tenemos, no en manos de nadie más. Y mira que estamos rodeados de mil y una influencias, pero a fin de cuentas la decisión queda en nuestro criterio (si tenemos alguno)

Aquí es donde nace la segunda idea suelta: si nosotros tenemos la decisión de darle importancia, ¿a qué le damos más importancia en estas fechas? Yo no consigo una respuesta aún. Más allá de las ideas hipócritas donde Santa Claus viene y nos cambia todo el panorama y nos vuelve "buenos" y "amorosos" con los que nos aman en un mundo rosa de orejas de ratón... Más allá de la publicidad que nos indica que tenemos que dar y recibir, que este tiempo es para reflexionar y adelgazar nuestras cuentas en el banco... Más allá de quienes quieren comprar un patético trozo de cariño vía un déficit en la cuenta o en la cartera... ¿Qué queremos esta Navidad? ¿Por qué adornamos y seguimos celebrando?

Mi madre tuvo una idea interesante esta tarde mientras comíamos. Las reuniones familiares en estas fechas son una experiencia catártica que conduce a la mejora de las relaciones entre las familias. Tengo un resentimiento que en cualquier día puede sonar inapropiado, pero dado este momento en especial, podemos desahogarnos y soltar lo que traemos dentro so pretexto de las reconciliaciones tan populares. Así, cada reunión familiar es, en realidad una bomba de afectividad en potencia, llena de recuerdos y de revelaciones... secretos a voces que se ponen sobre la mesa, junto al pavo y la sidra tradicionales.

¿Qué nos queda de cada Navidad? Cuando era niño todo era mucho más simple. Me quedaba algún juguete. Hoy... además del iPhone que me auto-regalé y una loción que mi madre tuvo a bien darme (una indirecta tal vez... ja ja ja) ¿Qué me quedó? Hoy lo sigo pensando.

Y a ti, querido lector... ¿qué te quedó esta Navidad?

Un abrazo navideño, de parte de Cometa, el reno de Santa Claus.
Y una muy feliz Navidad.

01 diciembre 2009

Re;...

¿Que por qué estoy ahí? ¿Para qué sigo?

Para los días con sol, entre ranas de muchos colores.
Para hacerte reír cuando parece que todo está dicho.
Para verte llorar con los ojos del corazón.
Para leer las letras que te forman delante de mi vista.
Para soñar con guerras, con batallas peleadas en otros desiertos y otras vidas.
Para despertar cada mañana.
Para notar cada mañana que a mi corazón le falta un girón.
Para las noches de luna, cuando las rosas abren lentamente.
Para las noches nubladas, cuando la lluvia te empape las mejillas.
Para las noches frías, desoladas y vacías...
Para llenar los huecos con presentes ausencias, y sonreír.
Para que la gente nos mire. O deje de una buena vez de hacerlo.
Para que los oídos se vuelvan ojos, y los labios dedos.
Para los días amargos, recoger tu bilis y volver a empezar.
Para los días aciagos, poner las manos juntas y ponerme a rezar.
Para los días con lluvia...

Para cada locura, cada berrinche, cada intento, cada vuelo, cada ausencia, cada yerro.

Para TI, mi querido lector.

Para eso sigo aquí.