06 febrero 2011

Duda Fundamental

A veces me pregunto mucho más de lo que debería...

Padre Marco hizo una pregunta que hace años consideraba absurda... ¿Ser cura? –Porque esto de los Escolapios es un modo de vida. Después de todo no he encontrado una persona que sea mi compañera de vida, estoy lejos de eso (tal parece) y no he dejado de estar involucrado en las prácticas religiosas de mi catolicismo. Aún más importante: no olvido lo importante que fueron esos años en la Escuela Pía para mi vida personal, para mi crecimiento y para ser lo que soy ahora.

Cuando me fui al seminario contaba con 17 años y muy poca experiencia de la vida. Me parecía que todo era fundamental, definitivo, único... soñaba con vivir un ideal a cualquier costo. En ocasiones creo que me asusté al ver la primera factura. Sé que no llevé mi proceso vocacional como debió ser y que tampoco tuve la serenidad que requería al afrontar la primera crisis de verdad esencial en el juniorato. Tal vez habría sido mejor haber esperado un año para aclarar mi mente y ganar más madurez. Lo hecho, a fin de cuentas, hecho está y no podemos echar el tiempo atrás. 

De ahí que la pregunta de Marco me haya herido en lo más hondo.
- ¿Cuántos años tienes?
- 26, padre.
- ¿Y ya te casaste?
- No, padre... no he encontrado a la compañera de mi vida.
- ¿Y qué piensas hacer de tu vida? ¿No has vuelto a pensar en ser cura?
- Sí, padre. Algunas veces...
- Mmm, eso hay que hablarlo.

El papá del padre falleció hace poco y no hemos podido hablar. La plática fue hace quince días. Hoy llegué tarde a misa y no fui a buscarlo... Hay preguntas que llegan cuando menos lo esperamos. Quiero platicar con él, pero no sé qué decir. 

Como el Capitán Sparrow ante una brújula que gira sin parar...

... sí, a veces me pregunto más de lo que debería.

01 febrero 2011

Cambios

Siempre el cambio es un nuevo comienzo. En México tenemos el conocido dicho de "borrón y cuenta nueva." Yo creo que cada alteración en nuestras vidas es un reto de la vida diseñado para enseñarnos algo. Una vez que lo hemos aprendido, nos vuelve a sacudir con la siguiente lección para que no nos estanquemos. La vida es, pues, un constante aprendizaje.

Todo esto porque ayer comencé una nueva etapa en la escuela. Vuelvo a estar como maestro de tiempo completo y me gusta mucho. El peso que había sobre mis espaldas se había vuelto a cierto punto insoportanble y creo que se tomó la decisión correcta. Soy mejor como maestro que como administrador y eso lo reconozco. Aprendí algunas cosas sobre confianza, honestidad, humildad y algunos trucos de la administración de la escuela. No fue un tiempo desperdiciado. Creo que también ofrecí lo mejor a la academia y puse mi empeño en tenerla funcionando. 

A pesar de lo improvisado de muchas cosas, la escuela se mantiene. En gran parte son los profesores los responsables de ello. Por otro lado, este malinchismo que nos caracteriza ayuda mucho: ver que la escuela es –o tiene alguna relación con– de Canadá es un gran impulso. 

Tengo más ventajas como maestro y la vida vuelve a estar un poco más relajada. El domingo pude ir a Sam's y Office Depot de compras y el Señor me regaló un cielo majestuoso. Hacía mucho tiempo que no me detenía a contemplar la Gran Obra de Dios. Estoy contento, tranquilo. 

Como dijo Cueto: "change is good."