17 agosto 2010

Cambios

Como solía decir un amigo de la facultad: "change is good" o lo que es lo mismo: "el cambio es bueno." Hoy puedo decir que me sigo adaptando a las nuevas corrientes en mi vida, pero que voy más hacia la integración que a la amargura. (siempre son buenas noticias)

Mi hermana vive en la casa desde hace un tiempo, como un mes más o menos. Ella y mi sobrina le han puesto cierto sabor a la casa, le han devuelto cierto ánimo en el corazón a mi madre. A mí... pues la verdad es que me gusta la idea de encontrarme más caras amigables en casa y poder tener a mi hermana en casa, en SU casa. A veces es difícil, eso hay que reconocerlo, pero creo que todo es posible y que es cuestión de tiempo para que se hagan a las costumbres de la familia.

Ahora mi hermana tiene un trabajo. Es intendente en una escuela. Aunque la cosa es temporal, pues sólo la contrataron por un mes, ella se muestra optimista y espero que le ponga empeño y colmillo para quedarse a trabajar ahí. De otro modo, pues podríamos buscar algo. Ya me di cuenta que sí quiere trabajar. Sé que eso le dará fuerza para ir poco a poco levantando la cabeza y siendo más independiente. Su corazón de pollo sigue siendo para el padre de su hija, aunque mi sobrina ahora no lo quiera muy bien... en fin. Eso sí que es harina de otro costal.

En cuanto a mi trabajo, las cosas van caminando. Espero de verdad que podamos mejorar las cifras este quintomestre. Llegar a los 250 alumnos y retenerlos. Ahí está la chamba: en lograr que comprendan que esto es un camino largo y que no queda más que echarle los kilos y no tirar la toalla hasta que hayamos terminado y podamos dominar el idioma que estamos aprendiendo. 

Creo que estoy redefiniéndome, de algún modo, gracias a este puesto. En cuanto a mi imagen... poco a poco la vamos refinando. El último paso será ponerme un traje (pero para cuando llegue a ese grado, ya habré renunciado y no habrá necesidad) Las camisas de manga larga y el pantalón de vestir predominan en mi guardarropa. Mi último reducto de resistencia es el par de tenis que estoy usando ahora. (Son negros para camuflaje) Hasta ahora no me han dicho nada. (Luego me creo House con los tenis y los slacks)

Mi hermano Óscar ha conseguido un curro-camello-laburo-chamba-job. Estará a cargo de las redes de la Universidad Anáhuac de Oaxaca o algo así. Está padre. Yo creo que logrará quedarse con el puesto de base porque es un muchacho que pone empeño en lo que hace, lo hace con gusto y siempre está ansioso por aprender nuevas cosas. Habrá que trabajar duro, pero eso es lo que menos le asusta. Estoy seguro que estará en ese puesto hasta que él decida que es tiempo de la siguiente aventura. (o llegue la misma, como sucedió ahora)

La vida cambia y nosotros evolucionamos (o involucionamos a veces) Uno de estos días estoy que me consigo una novia... Pero  no tengo a nadie cerca... nadie que me interese "como Dios manda" Y cosas a medias, la verdad prefiero estar solo.

Total, que como dijo el buen Heráclito: "Cambiando Permanece. Todo cambia" 

11 agosto 2010

Descubrimientos

Esta última semana ha sido algo sinceramente atípico. Entrar a un probador con ocho mudas de ropa en la mano, comer en donde se ha podido, esperar a que las cosas en la academia vuelvan a la normalidad, saber que no sucederá, hacer de pater familiae cuando ni siquiera tengo una novia...

Definitivamente ha sido atípico... pero me ha dejado algunos descubrimientos importantes:

Decidir comenzar de nuevo requiere una renovación en nuestro guardarropa.
Las renovaciones de guardarropa son generalmente costosas.
Hay que ser aseado para esperar que los demás lo sean. Seamos ejemplo.
Tenemos mucho en común con los primates. Tal vez por eso se llaman "prima-tes"
Una vieja se consigue fácil. A una pareja hay que descubrirla.
Las fondas existen gracias a las señoras flojas, los hijos repelones, los empleados esclavizados y las mujeres amables que cocinan para todos ellos sin pedir mucho a cambio.
El olor de la mañana me recuerda que sigo vivo. ¡Eso me gusta!
Una oración es diferente de un rezo.
La oración es efectiva. El rezo sólo acalla las conciencias, pero no da resultados.
No me siento a gusto diciéndole a mi hermana lo que sigue en la casa.
No soy aún pater familiae por propia convicción, pero las circunstancias...
Es extraño verse reflejado en un espejo borroso más joven e impetuoso.
Amo dar clases, me hace feliz y creo que lo hago bien. 

Esto fue, también, un post atípico. Voten para que desarrolle uno de los anteriores.

01 agosto 2010

Bichos

Cuando en computación algo está molestando, decimos que tiene un bicho.
Cuando en la panza algo nos molesta, dicen que tenemos bichos.
Cuando un amigo no está de humor le reclamamos: "a ti, ¿qué bicho te picó?"

Los bichos están a nuestro alrededor y no podemos evitarlo realmente. De hecho, yo creo que no debemos evitarlo. Nuestra vida está relacionada de algún modo con la permanencia de esos bichos en este mundo. No recuerdo dónde leí que las abejas mantenían en orden el ecosistema en que habitan –tampoco sé si es cierto– Nadie dijo que los bichos fueran malos, aunque debemos reconocer que algo molestos sí son. Después de todo, a veces cuesta trabajo lidiar con la nube de mosquitos que nos atormenta en temporada de lluvias; o las incontables moscas que, sin motivo aparente, se aparecen en el momento menos indicado –con las visitas en casa…

A veces simplemente tenemos un bicho que nos molesta porque le gusta hacerlo. Le fascina ver nuestra rabieta, la cara de enfado y los fútiles intentos por deshacernos de su inquietante presencia. Creo que los bichos saben cuando estamos de malas y nos fastidian "a posta" para obtener yo qué sé qué medalla al valor "bichuno" o algún tipo de recompensa que raya en la gloria eterna para los siguientes 15 días humanos: "ese maldito mosquito me picó y mira cómo me dejó…"

Hoy tengo un bicho. Mi bicho no está volando por los aires frente a mis narices. Mi bicho no zumba a mi alrededor con música monótona. Mi bicho no espera por mí mientas escribo para seguir molestando. Mi bicho es simplemente la búsqueda de sentido a lo que hago en estos últimos meses. Sigo pensando que no estoy haciendo lo que debería, o que debería hacerlo de modo diferente –sin haber descubierto cuál– o algo así. Mi mente se devana pero luego vuelve a dormirse y a exigirme que deje por la paz el tema. Que esto es crecer, una infelicidad que nos lleva a un bien mayor, un momento de madurez que implica aceptar un trago amargo de vez en cuando para forjar carácter. Espero que tenga razón y no sea simplemente un bicho dentro de mi bicho

Stop bugging me. I'm not gonna quit. (not just yet)

P.D. Este escrito tiene 16 bichos. ¿Le molestaron, querido Lector?