28 enero 2008

Hace tanto

Me gustaría escribirte
algo lindo y distinto
pero ¿lo escucharías?

Después de verte
y mirarte sin tenerte
cerca de mis ojos,
tengo dudas
más que esperanzas.

Ojos inquietos
y algo esquivos
que me miran
sin verme, sin
saberme.

Sonrisa limpia,
un tanto ingenua,
imán de mis
latidos y
desvelos

¿Cómo llamarte
sin voz y sin
mensajes?
¿Cómo si tú
pareces buscar
otras lunas y
otros cielos?

Quisiera que
compartieras
una página
una historia
el infinito...

Si tan sólo supieras...
tal vez eso
me sería suficiente

26 enero 2008

Sueños y preguntas

No sé bien hace cuanto no publico algo que valga la pena para un lector que no sea yo mismo. Debo decir que en ocasiones ni siquiera me han satisfecho a mí las letras que han salido por esta ventana. Pero en fin... es lo que hay por ahora. Paso por una etapa sin que haya realmente una inspiración fundamental, así que por ahora me relajaré y dejaré que venga la musa.

Tengo dos o tres sueños por contar, uno de ellos involucra a una mujer ... una que no ha llegado, que dudo que llegue. Después de rumiarlo un poco, me di cuenta que mi bajo perfil o me llevará a mayores cosas, que después de todo uno no deja de ser lo que es, que uno no llega a ser lo que no es aunque para ello haya que darse alguno que otro zape. Aclaro: Una mujer me enseñó que ser quién no soy no me traerá ninguna alegría, al contrario. Por lo tanto, dejo fluir las cosas y -sorprendentemente- nada llega a las costas, nada que me llame poderosamente la atención y me saque de mi propia burbuja. Sí, soy muy exigente, lo sé... lo siento.

El otro involucra extender las alas, dejar que el viento me lleve y perderme. No veo toda mi vida en la tierra que me dio el ser... quiero estar y experimentar en otros sitios, pero sitios donde se pueda hablar mi lengua, sitios donde yo pueda entender las costumbres porque son cercanas a mí, porque puedo ser parte de ellas -a mi estilo- sin fingir. Me duele saber que no tengo más que dar aquí... mis habiliades sociales no son precisamente mi fortaleza.

El tercero tiene que ver con algo más guajiro... con algo menos aterrizado. Un sueño que no se puede expresar con palabras... un sueño que se pierde en mi infancia, más allá talvez. No lo sé. Me siento confundido al tratar de entender o expresarlo. Es un sueño que me tiene inquieto aquí, que no me deja en paz... que volvió hace poco cuando encontré a Balmori, que me deja siempre con la duda, con el gusano, con la pregunta más crucial: la que no se responde jamás.

Los tres sueños me llevan en realidad a sentarme serio y desear desenmarañar esta urdimbre de sentimientos, pensamientos y emociones. Estoy hecho tan lío como el resto de los seres humanos que me circundan. ¿Cuál es mi misión en esta vida? Es la pregunta que queda sin respuesta, escurridiza y fantasmagórica (quiero un cigarrillo)

Y tú, ¿cómo estás? ¿en qué -o quién- piensas cuando estás a punto de cerrar tus ojos para dormir? Porque yo te sigo pensando... me resultas inevitable. ¡Necedad!


20 enero 2008

Alas



Cierra los ojos...

Comparte con ellos, con todos, adaptabilidad... como las piedras de río -o como el río mismo.

Crear vínculos no se trata de estrategias mentales, sino de la simple relación entre dos (o más)

Cada experiencia que se disfruta, nos pone más cerca del "otro", que puede, a su vez, estar más cerca nuestro.

Cuando paras de soñar... dejas que el invierno invada tu casa, el frío te puede congelar, pero siempre hay fuego debajo de las cenizas. Paciencia y fe.

Cosechar precisa sembrar... pero sobre todo amor y una esperanza que sobrepasa toda lógica; de otro modo no se puede creer que una pequeña semilla guarde esa planta en su interior.

Corazón, no te abandones... no me dejes... quédate en este crudo invierno.

Ahora ya puedes abrir tus ojos y estar atento, despierto

18 enero 2008

Precipicio

"Sueño con serpientes... con serpientes de mar,
con cierto mar, ¡ay!, de serpientes sueño yo"

Ya me he visto en una situación semejante. Mi grupo -o lo que solía ser mi grupo- poco a poco de va desbandando. Yo, que pocas capacidades de negociante me conozco, me limito a mirar lo que sucede, no sin tener que lamentarme. Una vez más me veré obligado -tarde o temprano- a tomar partido y esta vez no quiero hacerlo.

Érase una vez un grupo de 12 que pensó que el camino sería de amor y se halló con la división y la desconfianza propia de los buitres que se disputan una presa. Uno de esos 12 no entendió lo que sucedía y tuvo que elegir, para después saber que su decisión habría de tener más consecuencias que sólo dejar de soñar... así es, nada es un cuento de hadas en este glorioso mundo. Aquél lo aprendió rápidamente y supo que no había marcha atrás. ¿Qué más da soñar?

Después de un tiempo, de hartarse del mismo esquema de destrucción amistosa que tenía que vivir diariamente, dejó aquellas tierras. Navegó por horizontes que jamás habría imaginado, pero que de igual forma lo alegraron y entristecieron. Amó y fue amado, luego trató de olvidar y ser olvidado... hasta darse cuenta que las buenas cosas, el corazón jamás las olvida.

Hoy está de nuevo ante esa disyuntiva. No quiere tomar ninguna decisión. Hoy más que nunca se siente solo en medio de aquellos que pudo y quiso llamar amigos... no sabe qué hacer. Y también su corazón está hecho un manojo de nervios, de imprudencias e inseguridades. Está al borde de perder el control de todo su universo. (Nadie ha dicho que eso tenga que ser malo)

"Mi unicornio azul, se me ha perdido ayer... se fue"

14 enero 2008

Rutini-shá

Tengo un sueño enorme... bueno, pero ya terminó el lunes. De pronto me he dado cuenta que estoy envuelto en una rutina bastante pesada. Me queda claro, sin embargo, que alguna vez tendré qu enfrentarme a situaciones como ésta en la vida profesional. En parte me gusta: estar ocupado, subir, bajar, tener algo qué hacer y hacerlo bien. Poco a poco me voy mermando porque tampoco estoy hecho de hule.

Comienzo el día alrededor de las 7 de la mañana, una ducha y hay que correr. Llego a la cafetería cuando aún está oscuro, hace frío pero el abrigo me salva un poco. Como lo esencial, ahora han abierto una línea de omeletes que mejora mucho aquellos huevos que antes se servían. (Y que siguen ahí por si alguien se siente dispuesto) Al salir de la cafetería me espera la nieve, que comienza a caer.

Son las ocho treinta y el profesor Dugas llega al salón. Política Exterior de los Estados Unidos es lo que discutimos por una hora. Su ritmo es pausado, pero habla de muchas cosas, así que hay que estar atento para aprovechar lo más posible. Voy de oyente, así que me relajo más en esa clase. En cuanto termina, debo ir a la biblioteca pues tengo clase en el tercer piso. Un profesor visitante, algo nervioso de carácter pero afable en su trato, nos guía en una retrospectiva sobre la Revolución Francesa y el régimen Napoleónico. Curiosamente debo volver al mismo salón de la mañana para mi tercera clase. La segunda parte de la telenovela: Historia de Estados Unidos 2. Ahora es el esposo de la profesora que tuve el primer trimestre. Me gustan las clases, son interesantes. A veces me siento cansado del mismo tono de los tres profesores... pero es algo que forma parte de las circunstancias en las que estamos metidos.

Así, a la 1:05 las clases terminan. Hay que seguir a la cafetería para ver si podemos hacernos de algunas viandas antes de desfallecer. No hay más. La tarde se hizo para preparar los laboratorios y las clases del día siguiente. Me he venido durmiendo a las 2 de la mañana los últimos días. Paulatinamente mi organismo vuelve a la rutina del otoño.

La rueda sigue y sigue girando hasta que los mismos sueños nos van despertando... yo apenas quiero dormir... necesito una siesta... debo dejar de cerrar los ojos cuando no estoy en clase... tampoco hacerlo cuando esté en clase... el sueño es peligroso: nos conduce al lado oscuro. Ja, ja, ja, ja, ja


12 enero 2008

¿Eh?

Ha pasado la primera semana de nuestras clases en Michigan. De nuevo todo, nuevo de todo. Tomaré tres clases en este trimestre: dos de Historia y una de Educación. El trimestre estará muy pesado, bastante más lecturas que en otoño y menos tiempo libre.

Aqui en EEUU la efervescencia por las elecciones comienza a tener más y más burbujas. Me llama la atención el sistema electoral de esta nación. Hay elecciones primarias para escoger al candidato de cada partido. Luego escogen quién será el presidente. En fin, que ahora Obama iba a la cabeza por los demócratas, partido que se quedará con la oficina oval seguramente.

Últimamente me ha dolido la cabeza, estoy mareado... tengo los clásicos síntomas de un deslumbramiento. El pequeño gran problema es que esta vez puede que pegue más duro en tanto estoy lejos de casa, vulnerable, ansioso, inseguro. Poco a poco aquellas manías antiguas se han ido disparando dentro mío. Y claro, uno puede decir mucho en contra de todo esto, me sigue sin importar esa parte de la historia. ¡Desconsiderado de mí! Pues bueno, tal vez sea que aún no tengo que sentar cabeza, que simplemente estoy emocionado, que la admiración y los sueños forman parte de mi propio estilo de hacer las cosas.

Alguien tuvo la fortuna (o infortunio vil) de saber que me enamoro muy fácilmente. Esa misma persona ahora no es feliz, pero tampoco se arrepiente y se aleja. No entiendo a los seres humanos. Apenas me llego a saber a mí mismo. Sin embargo somos fascinantes... jajaja.

Mi cabeza sigue doliendo... Ya desvarío.

Tengo sueño
Tengo que acabar la tarea
Tengo aburrimiento
Tengo que acostumbrarme a la cafe de nuevo
Tengo que dejar de soñar con ella
Tengo leche en el refri (con vitamina D)

04 enero 2008

Aquí... ¿o allá?

De nuevo en mi santa escuelita...

Desde el cuarto de Carlos... vamos a comer arroz con atún feliz... un poco de pan semi-duro y tal vez bebamos squirt... será divertido.

Pablo lee un librillo para su pequeña clase de cambiar el mundo infeliz... (o el infeliz mundo) No estará con nosotros un rato, pero después llegará porque "Alguien más" está aqui: Camille. Esto se puede convertir en una fiesta. Esperamos a Inés y Miriam... nadie sabe donde están, tal vez las raptó un OCNI.

Bien... seguiremos el reporte... por lo pronto ya están hablando Alemán y Francés por acá... ¡emocionante! Juar-juar.

Ya estoy aquí... o más bien allá... para quien lea esto, baste con saber que estoy. (Ya me puse existencialista, mejor se corta aquí)

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Un saludo de las partes de Carlos

y de parte de Camille.

01 enero 2008

Oaxaca:

Diciembre 2007

Hay mucho por contar y no sé exactamente por donde comenzar. Esa frase de “empezar por el principio” sólo aplica cuando uno conoce el inicio de los sucesos... yo no creo conocerlo realmente. En fin, de cualquier modo: Estoy en México.

Ya he vuelto a ver a mi madre, estar con ella, con mi hermana, estar juntos y sabernos unidos ha sido una bendición para todos. Claro que aún me falta enfrentar muchos monstruos, saber que mi padre está en otro plano no será lo mismo que ir a Miahuatlán y ver, oler, sentir la casa sin él. Dios proveerá.

Mis amigos me recibieron con una gran estupefacción. Pobres, creo que a ellos debí decirles de mi venida. Tal vez comprendí un poco ahora la emoción del Maestro al volver y estar con los suyos. Ja, ja. Era justo después de haber vivido tantos cenáculos y Getsemaní a lo largo de mi historia pequeña. Pasé un tiempo con ellos. Falta pasar un trago más.

La burbuja de la distancia se ha roto. Las personas con quienes me he encontrado han tratado de evitar el tema, a fin de cuentas ellos perciben el dolor que para mí es lejano. Con todo, es agradable saber de su consideración. Claro, no he de ser yo quien lo ponga sobre la mesa. Además, mi padre está en el sitio donde había querido estar siempre. Lo demás son complementos, jirones de nube que nos distraen de las verdaderas estrellas y su importancia en nuestras vidas.

A mi madre le hace falta llorar, me dijo hoy. Tengo que decir que sí, que reprimí mucho de mi llanto estando allá en Kalamazoo. Ir a Miahuatlán será (en parte) una experiencia liberadora para ambos. Ojalá podamos llorar como debemos, como necesitamos. Quiero estar con mi familia en este tiempo, no tengo un mejor lugar para estar, de hecho cualquier otra opción palideció de inmediato al compararse con Oaxaca. Debemos evolucionar aquí, abrir las alas y seguir desde aquí, el Alfa y Omega.

Al venir aquí, estaba inseguro de si volver o no a Kalamazoo... hace poco comprendí que en realidad la vida sigue, que las oportunidades se presentan para que uno decida qué hacer. Después de un tiempo aquí debo volver, no porque alguien me lo haya dicho o porque quiera huir de Oaxaca, o porque no tengo ganas de repetir la misma historia que viví hace tiempo: no. Tengo que ir y construir mi propia leyenda, tal y como él me lo mostró, como lo admiré y como (al final de los tiempos) todos estamos destinados a hacer.

==== poq ====

Después de un tiempo de estar aquí, después de ver y hablar con quienes considero importantes en mi vida, después de soñar despierto con elementos que tal vez no volverán, con ideas que no cuajarán a la larga pero que vale la pena disfrutar mientras se tienen y ya. Después... ahora.

Mis amigos del coro son muy buenos... no es el mismo coro que dejé y, sin embargo, tiene los mismos nombres. Hay cosas que han cambiado y personas que han marchado. Con todo y todo, estoy seguro de que son amigos muy queridos en mi corazón. Los cambios representan evoluciones en la mayoría de los casos, aunque existen también nuevos vicios. Las cosas van bien, con todo y todo, según puedo apreciar.

MIs amigas de la escuela parecen seguir igual. Me he dado cuenta cuánto he perdido al no estar a su lado: experiencias, anécdotas, cambios y sueños. He ganado mucho al estar en Kalamazoo. Los costos de esa ganancia son otra cosa. (Soné a mis queridas Belén y Mali)

Había pensado que quizás tenga ganas de no quedarme aquí en Oaxaca... que quiera seguir buscando sitios donde trabajar y estudiar, sitios para seguir expandiendo mis alas. No es que no quiera esta ciudad, es más bien que parezco comprender que tal vez, sólo tal vez, el mundo pueda ser un hogar para mí, no importa el lugar preciso donde me encuentre. Mi meta al ir a Kalamazoo era esa, a fin de cuentas.

Extraño mucho a mis compañeros y amigos de aventura. Algunos me han escrito, otros estoy seguro de que ni siquiera me recuerdan. Ninguna de las dos circunstancias me cambia el ánimo. Acaso la primera me eleva el corazón. Espero en verdad que los lazos no se rompan después de que termine este año. Ojalá...

En cuanto a mi familia, sé que mi madre podrá con estos seis meses. He establecido un acuerdo con ella: volveré y estaré en alerta por si ella me necesitara, para volver. No hay más, no puedo cumplir con dos amos a la vez, pero sé que mi leyenda personal está por encima de todo. Ella lo sabe también. No estoy seguro de poder confiar en mi hermana, en tanto que ella ha demostrado una ligera inclinación para estar con su suegra más que con mi madre, no se decide, ni nada... no la culpo, pero ya tampoco la considero.

Las cosas están dichas.

A pocas horas de irme a Kalamazoo, mientras espero a una amiga, escribo estas líneas. La experiencia se puede resumir en una palabra: encuentro. El tiempo que he pasado aquí ha sido una bendición, una dicha. Pude reencontrarme con algunos a quienes consideré perdidos, atisbar una posible salida para ciertos problemas (y saber que no todo está en mis manos) confirmar que mi madre está hecha de una madera muy especial, que las tormentas no la arrancarán, sino sólo probarán lo fuerte que es. Ojalá que mi madre sepa la fuerza interna que tiene en su corazón, sepa qu cuenta con sus hijos y que, mal que bien, ella es su mejor aliada. Pensé encontrarme con la muerte de mi padre, y lo palpé vivo en quienes estuvieron con él en sus últimos días, en quienes volvieron después del tiempo, en quienes llegaron a tiempo, los que nos retrasamos y los que supimos que seguiría vivo. Así fue.

Ir a Miahuatlán y darme cuenta de la tumba no fue tan doloroso como lo imaginé, no me destrozó, no se derrumbó ninguna columna. Sí, fue difícil ir y enfrentarlo, pero encontré que detrás de la lápida, la cruz y el nombre de mi padre, no había más. Él me esperaba por la noche para decirme que estamos juntos, que él no se va, que sigue presente mientras esa semilla que sembró siga dando frutos. Hoy más que nunca estoy orgulloso del padre que Dios me dio.

Así estoy: tranquilo, ansioso por volver, ilusionado por el horizonte, viviendo y disfrutando todo esto que llamamos vida, seguro y confiado en la fortaleza de mi madre, esperanzado en mi hermana y mi sobrina, preocupado porque mi misión se revele. Dios proveerá.