30 octubre 2007

Caedizo

Alguien dijo alguna vez las palabras que nadie pudo percibir porque estaba demasiado lejos para ser escuchado... habitaba la colina que se puebla de hojas antes que te enteres... cierra sus ojos y las estrellas alumbran su camino de vuelta a casa, cada noche, después de las dos.

El otoño se nos ha venido encima con fuerza, con color y nuevos olores llenan el ambiente; el paisaje cambia en una forma que no había visto antes. Sólo atisbos de cuanto fue, pequeñas pinceladas que resisten el amarillo, rojo, lila y café que se comen los distintos tonos de verde en las alturas. Abajo es otra historia. Las ardillas siguen corriendo por los prados, éstos siguen verdes, aunque un poco más ralos. Y yo puedo seguir viviendo con la ropa que traje desde casa. El viento me permite decir que me gusta este sitio, sin que llegue a fascinarme.

Sigo encerrado en mis extrañas hoquedades...
pero ya veo un fondo y eso es bueno.
Tú, mientras tanto, mira:



29 octubre 2007

18 octubre 2007

Vanalidades

Alguien dijo alguna vez...

"No es que muera de amor, muero de ti..."

Hoy no sé de qué me estoy muriendo. Es algo lento, que ni yo mismo supe ver en mi horizonte. Las nubes se arremolinan y es otoño, mis hojas caen y no puedo hacer nada más al respecto. Vendrá el invierno a menos que un milagro me rescate. Sé de qué estoy hecho, pero todo va tan pausado, suave y triste... como el acompasado caminar de un cortejo rumbo al campo de paz.

No extraño algo, alguien en concreto... es más, me atrevo a decir que esto es más como una depresión derivada de un agotamiento mental, espiritual, emocional. Sí, querido lector, leíste bien, dije "depresión". Después de haber estado y vivido tantas, al menos sé reconocerlas cuando están aquí. Y las mías, ya sabes, son dramáticas y silenciosas... "no hay dolor, sólo me sigo desangrando".

----

Mañana daremos una pequeña charla de México para los alumnos de español. Irá bien. Tenemos varias cosillas preparadas para ellos, incluyendo comida, una actividad con papel picado y unas presentaciones para hablar un poco (sólo son 50 minutos) sobre nuestro país.

Algunos dirán que es emocionante hablar de su país en otras tierras... a mí no me emociona en lo más mínimo. Soy un seco, dirás; un no-creyente, diré. Somos como monos de circo, haciendo las cosas que se supone debemos hacer... a fin de cuentas, por eso nos traen acá. Siempre lo pensé, ahora sólo lo confirmo. No es desilusión, por tanto... más bien hablo de una realidad que me toca vivir ahora, que no me espanta y tampoco me duele. Después de todo, haré la presentación mañana y escucharé toodos los comentarios felices, interesantes, de agradecimiento. Uy, ¡qué emoción! Estoy casi a punto de llorar... buaa. Ja, ja, ja.

La amiga Dora es como una niña (en toda la extensión de la palabra) Por su capacidad de asombro y la inocencia (en ocasiones demasiada) que la caracterizan, está contenta y emocionada. Los ojitos le brillan y todo. Está preparando su presentación, y lo vive de acuerdo a su propia historia, su códex y la redondez de su pensamiento. A veces creo que ha vivido en una esfera de cristal... será que yo rompí la mía hace tiempo y ya no puedo entender algunas de sus reacciones. Eso me hace respetarla aún más.

---

Hoy preparé guacamole con mis chamacos en el Lab. Muy contentos. No hablan español y a mí no me interesa que lo hagan. Son 101... tenemos la interacción básica y san-se-acabó. Hoy me sorprendieron con el role-play de un restaurante. Cada quien pidió su comida, muy bien portaditos y todo. No me considero un maestro divertido ni dinámico, así que tampoco espero una clase emocionante cada día. (Y luego por lo que ando caminando... pues menos) Pero con lo del guacamole se les alborotó la panza... jajaja. El próximo lab veremos qué preparar después. La verdad es que me gustó que ellos hicieran el guaca-guaca.

---

Antes de venirme, Arturo puso una nota en mi maleta que decía algo como: "nunca dejes de soñar". Mis sueños nunca fueron estar aquí ahora, pero el Señor me bendijo con la oportunidad de pasar un tiempo en estas latitudes. Estoy agradecido. Pero mi vida está allá...
Ahora que... ya andando por aquí me doy cuenta que el mundo parece más chiquito de lo que pensaba y me emociona la idea de poder ir a otra parte, pasear un poco... moverme y conocer. Quiero "ignorar menos", como decía Sor Juana.

---

Esto se está haciendo largo. El sábado, con más calma, colgaré las fotos por aquí. Hasta entonces, un abrazo fraterno.

13 octubre 2007

De cadenas

Fue muy peculiar eso de entrar a mi bandeja de correo electrónico y descubrir que de los alarmantes 35 mensajes que tenía, ninguno contenía información relevante o imperiosa. Solemos mandar mensajes que llegan a nuestras bandejas porque contienen mensajes agradables, o con un sentido amistoso, alentador... Pero muy poco hablamos de nosotros mismos. El correo electrónico, aparentemente, se ha vuelto un medio para la difusión de este tipo de mensajes, pero no de nuestras propias mentes, espíritus y vidas.

No es queja porque se siente bien que de vez en cuando esté uno en una lsita de pocos correos. Cuando llega un reenviado regularmente lo mando a la papelera sin abrirlo, a menos que sea de alguien a quien no hace este tipo de "cadenitas". Cuando lo llego a abrir y hay un archivo adjunto, si tengo tiempo , descargo y veo. No devuelvo los mensajes porque -como dije arriba- podríamos darle un mejor uso a la carretera informática que nos conecta.

Si me has enviado un mesaje de este tipo y no has recibido constestación, puedes interpretarlo de dos formas:

1) No te quiero y soy un desalmado/desagradecido... hijo de mi pinky-monkey
2) Es una cordial invitación a que ¡Dejes de enviarme esos mensajes!

Yo quiero saber de ti, de tu vida, de tus historias... gracias.

12 octubre 2007

Devengo

No es que me haya vuelto flojo, es sólo que a veces es difícil escribir cuando uno no tiene algo, alguien, vamos, que la soledad no le sienta bien a Oti, sabes. Cuando el café se enfría y te recuerda que tarde o temprano tendrás que salir de la biblioteca para enfrentar el clima de allá afuera: el otro mundo. Cuando todos se han ido y llegas a un sitio que te parece cada vez menos ajeno pero más alienante, doloroso, áspero. Cuando de pronto te das cuenta que, en realidad, esto es una especie de año sabático con los gastos casi-pagados y que debes preocuparte de algo menos elegante que tu ropa, o tus amistades, o simplemente tocar bien mañana en el Jama.

Conseguí una guitarra y espero poder tener una próximamente. Fui a la casa de música (estoy seguro que Gera sería muy feliz ahí) y me prestaron muy amablemente una guitarra, mientras me invitaban pizza y un poco de refresco. La tengo en mi cuarto y soy feliz, o al menos estoy contento, como niño con juguete conocido, pero nuevo.

Algo me pasa dentro y no sé bien como definirlo, la guitarra me permitió tocar para alguien en particular. No entiendo bien si tuve fines románticos o sólo me gusta pasar el tiempo con la dicha persona, pero sé que algo pasa dentro. Bueno, no me alarmo, después de todo, alguna vez le aseguré a ... que podría tener un corazón de condominio. Ja, ja, ja. Creo que después de todo sí lo tengo... quién sabe.

Me desconecto más a menudo del mundo que me rodea, como ahora, que estoy escribiendo sin realmente poner atención a mi entorno, como si letras y dedos se fueran en una misma barca hasta... no sé, donde sea menos en K. Sigo aquí, tal vez ya no... luego regreso y me gusta, vuelvo a conocer todo de nuevo y las sorpresas son maravillosas... pero me harta y me voy otra vez, para vivir en donde nadie ha llegado, comer lo que nadie ha visto y ver lo que nadie oyó... a veces no dejo de ser un latoso chiquillo.

Delgadillo y Rodríguez me han acompañado... luego vuelvo a mi éxodo y me acuerdo que empieza en mi menor... ja, ja... la nostalgia ayuda a comprender y elaborar las canciones que antes no penetraba. Me quitaron la luna, no hay estrellas porque está nublado y la luz no me deja ver nada... mis recuerdos son más caros aquí, no puedo encenderlos porque cada veintena me cuesta 10 dólares. Hoy no pude más y fui por otros, después exorcizaré algún demonio con uno... hay que cuidarlos. Ja.

No hay dolor, sólo un vacío lento y suave, como un abrazo que no llega y un beso que se resiste a florecer. No hay quien, mis verbos ya extrañan esa mágica primera de plural.

Termino:

Si tuvieras que pensar en alguien cuando oyeras "Nada Personal" del Manzanero, ¿Vendría a tu mente, querido lector? Hoy en la mañana me pasó.

09 octubre 2007

Ogacihc

Las fotos se perdieron. La experiencia y el sabor percibido siguen dando vueltas por mis sentidos cada vez que quiero, pero no puedo transmitirlo a mi querido lector aunque quisiera. Chicago es una ciudad viva, espontánea, nueva y cambiante, además de fascinante. Sólo vi una pequeña prueba de la ciudad, de la gama de sitios y actividades que ofrece, pero fue suficiente para volver contento.

No quiero un crónica esta vez, sólo la reflexión que me deja el hecho de haber visto y oído como la comunidad hispanoparlante sigue creciendo en esa ciudad, como de pronto era más el español que el inglés, sin que por ello dejara de ser Chicago: eso le daba el toque cosmopolita.

Caminamos y caminamos... comimos una pizza más gruesa que ninguna que haya comido jamás, navegamos en un bote una ciudad cuyos rascacielos parecen desafiar cualquier ensueño. Tuvimos tiempo para una carrera, un café y el sueño en paz sobre el césped de un lugar hermoso, un parque con una escultura salida de la inventiva de algún hombre por ahí, no sé.

Sólo unas pequeñas pruebas de esto y lo otro. El helado es distinto -prefiero lo que encuentro en La Soledad- y los bancos son universales... jodidos aquí, allá y acullá. El sistema se cae, no reconocen las tarjetas... todo da igual. ¡Tarados!

Debiste haberlo visto... lo verás algún día, aunque no sea conmigo.