18 enero 2008

Precipicio

"Sueño con serpientes... con serpientes de mar,
con cierto mar, ¡ay!, de serpientes sueño yo"

Ya me he visto en una situación semejante. Mi grupo -o lo que solía ser mi grupo- poco a poco de va desbandando. Yo, que pocas capacidades de negociante me conozco, me limito a mirar lo que sucede, no sin tener que lamentarme. Una vez más me veré obligado -tarde o temprano- a tomar partido y esta vez no quiero hacerlo.

Érase una vez un grupo de 12 que pensó que el camino sería de amor y se halló con la división y la desconfianza propia de los buitres que se disputan una presa. Uno de esos 12 no entendió lo que sucedía y tuvo que elegir, para después saber que su decisión habría de tener más consecuencias que sólo dejar de soñar... así es, nada es un cuento de hadas en este glorioso mundo. Aquél lo aprendió rápidamente y supo que no había marcha atrás. ¿Qué más da soñar?

Después de un tiempo, de hartarse del mismo esquema de destrucción amistosa que tenía que vivir diariamente, dejó aquellas tierras. Navegó por horizontes que jamás habría imaginado, pero que de igual forma lo alegraron y entristecieron. Amó y fue amado, luego trató de olvidar y ser olvidado... hasta darse cuenta que las buenas cosas, el corazón jamás las olvida.

Hoy está de nuevo ante esa disyuntiva. No quiere tomar ninguna decisión. Hoy más que nunca se siente solo en medio de aquellos que pudo y quiso llamar amigos... no sabe qué hacer. Y también su corazón está hecho un manojo de nervios, de imprudencias e inseguridades. Está al borde de perder el control de todo su universo. (Nadie ha dicho que eso tenga que ser malo)

"Mi unicornio azul, se me ha perdido ayer... se fue"

No hay comentarios.:

Publicar un comentario