18 mayo 2006

Ayer...

...Ayer, mientras me refugiaba en el templo de San José de la lluvia ligera que caía sobre mi amada ciudad, me quedé sentado frente a una hoja en blanco. Yo quería hacer otra cosa, sobre todo porque tenía frío y cansancio; pero sin quererlo comencé con esto que pongo aquí. No tiene ni métrica ni mucho ritmo, simplemente es una vaga imitación de las gotas de lluvia que caían, sin ton ni son sobre las cabezas de los oaxaqueños.

Es un mensaje escrito para guardarse en una botella por siempre... y como esta es mi botella consentida, pues...

Me gustaría escribirte
muchas cosas bonitas
pero mi verso es simple
y no alcanza aferrarse
a tus manos benditas.

---------Necesito de ti,
---------del calor de tu aliento,
---------del candor de tu pelo,
---------de tu risa febril.

Mas, ¿quién soy, señorita,
para atreverme a tanto?
Soy sólo un corazón
que ha caminado mucho
y hoy te pide lo dejes
en tus brazos estar.

¿Me quieres?, te pregunto,
¿puedo quedarme aquí?

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