21 febrero 2006

Todos tenemos algo que contar

El hombre ha venido cambiando a través del tiempo. Desde las hordas de neanderthales hasta las grandes metrópolis pobladas y ruidosas hay una gran marcha de siglos. Antes, nuestras comunas nos recibían para compartir el pan y la palaba; ahora, sólo el pan es compartido a medias, de la palabra mejor ni hablar. Nos hemos deteriorado.



Pero todos seguimos teniendo la necesidad de expresarnos, después de todo, el don del "logós" es enteramente humano, una palabra tanto simbólica como diabólica; palabra al fin. Y con todos los adelantos de la tecnología, pues existen estos espacios, para que nuestras voces se levanten en el desierto de los unos y los ceros.



Todos teemos algo que contar, así parece. Pero yo, hoy no tengo nada que decir, mi boca está seca y mi palabra se rehúsa a salir. Simplemente he entendido que todo se va gastando, y muere; que nosotros mismos nos encargamos de destruir la belleza que hay en nosotros y en la vida. Somos unos estúpidos y, sin embargo, seguimos.



Nos dieron a la familia, preferimos la pantalla. Nos dieron la vida, preferimos la muerte. Nos dieron el amor, preferimos la soledad. ¿Quién es el responsable?

No hay comentarios.:

Publicar un comentario