A pesar de haber compartido un espacio anterior, de pronto las realidades acometen con una dirección distinta, las cosas no son iguales a lo que antes eran. Tus ojos y tus labios adquieren otro significado para mi realidad. Tú ocupas un lugar diferente en mi vida, en mi espacio. Te tengo aquí, y ha sido tan despacio, que ha poco que me he percatado.
Nadie más lo sabe, después de todo, no es más que una alucinación de mi enamoradizo corazón. Es una tortura a veces recorrer el oasis sin poder beber su agua; sin embargo, el sólo recorrido consuela mi sed brava. Ya veremos, digo mientras camino, a donde nos conduce todo esto. No hay prisa, ¿o sí?
Y así, mientras tanto, la vida nos conduce en su devenir cotidiano, entre las prisas, las ausencias, los olvidos. Algunas distracciones selectivas y otras tragicómicas situaciones que enriquecen nuestro gris caminar constante. Somos seres en éxodo, y yo quiero seguir caminando contigo...
A donde tú vayas, iré yo,
donde tú vivas, viviré yo
Tu pueblo será mi pueblo
y tu Dios será mi Dios
donde tú mueras, moriré
y allí seré enterrada.
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