Te vi un punto, y, flotando ante mis ojos,
la imagen de tus ojos se quedó,
como la mancha oscura, orlada de fuego,
que flota ciega, si se mira al sol.
torno a ver tus pupilas llamear; mas no te encuentro a ti; que es tu mirada: unos ojos, los tuyos, nada más.
Adondequiera que la vista fijo,
desasidos fantásticos lucir: cuando duermo los siento que se ciernen de par en para abiertos sobre mí.
De mi alcoba en el ángulo los miro
llevan al caminante a perecer; yo me siento atrasado por tus ojos, pero a dónde me arrastran, no lo sé.
Yo sé que hay fuegos fatuos en la noche,
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