Uno de los discos que más me gustan de los Beatles es "Abbey Road". Editado como lleno de nostalgias y un claro caracter de despedida, con sonidos que me llevan a una pequeña dosis de melancolía. Cuando lo escuché completo por primera vez mi cabeza voló a tiempos que se han ido pero que conservo por un extraño sortilegio en mi corazón. No cabe duda que soy un adicto a volver mis pasos y repasar la cinta de mi propio devenir. -No sé hasta que punto sea bueno-Hoy que lo escucho, hoy que tomé una de las líneas que oí para otro escrito, hoy que tengo tanto qué sanar en poco tiempo... Abbey Road vuelve a hacer su magia. Dicen los Beatles que al final uno recibe el amor que uno dio. Es verdad, aunque creo que hicieron muy bien en no determinar los emisores y receptores del amor, es decir, uno no recibe el amor de aquellos a quienes uno le entregó el amor... no todo el tiempo. Y hay veces en las que el amor nos viene de aquellos con quienes jamás creímos posible tener conexión. Esta onda del Karma no me acaba de convencer...
Luego, me enfermé de la panza. No soy muy feliz cuando eso pasa, porque me deshidrato muy rápido. Hoy fui a la escuela con "cara de pan crudo"; pero espero que para mañana esté mucho mejor. Ahora ya me dio algo de hambre y eso es siempre buena señal. Presiento que la hamburguesa que me comí me hizo algo de daño. En fin, ya se pasará.
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Otra de las razones por las que me gusta Abbey Road es porque ahí viene la canción de "Here it comes the sun", una de mis favoritas. Hay algo en esa canción que ahora quiero hacer mío, quiero que venga el sol, ¿sabes? Ha sido un largo y frío invierno, han sido eones desde que estuvo aquí. Así que si alguna se apunta... estoy libre :) ja, ja, ja
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