25 junio 2006

Panta Rei


Es de tarde, las canciones se quedan lejanas en mi mente y sólo el tintineo del viejo móvil de mármol en el pórtico me desvela de mis pensamientos superficiales. La distancia que me trae la soledad se ha llenado de cercanías porque de pronto ya no tengo tanto que añorar. La vida sigue el curso impasible, llena de una especie extraña de orgullo o arrogancia, no lo sé. Mi corazón se ha ido muriendo tan despacio, que aún hoy me pregunto si no lo habré aniquilado antaño. Y me encuentro sumido en el palo mayor de un barco que conduce a ningún lado.

No hay más que silencio ahora. El viento incluso se detiene en este punto de la historia. ¿Qué puedo decir?, ¿qué estoy buscando? ¿Acaso la soledad por fin pudo conmigo y se detiene a vivir un rato más en este predio?, ¿o es sólo la vana ilusión de una almendra vista a través del vaso? Yo me quedo callado, porque no tengo respuesta. O tal vez porque mi respuesta se halla en otra parte, correspondiendo a la pregunta equivocada, pero oportuna. (oportunista)

He ido dejando una estela a mi paso, pero ¿de qué sirve? Al final de los días no somos más que polvo de camino, pegado a pies cansados que merecen más crédito que nosotros porque fueron y volvieron, y no se conformaron. Si la libertad de mi espíritu me lleva a ser solitario, ¿cuál es el balance entonces?, ¿dónde encontrar lo que busco, si a veces creo buscar lo que no encuentro sin saber que lo que encontré es aquello que anhelaba? ¿Es miedo de lo que sale a mi paso?

Demasiadas preguntas, demasiado silencio. Así está bien, no quiero oír ni siquiera el agudo choque del móvil. Respira profundo, cierra la puerta y quédate sentado junto a la ventana, algún día vendrá aquello que esperas. Lo sabrás en cuanto dé vuelta por el camino que baja hasta tu bosque. Sirve el café, que ya huele; enciende el cigarrillo que asesina mientras se va extinguiendo, extraño vengador de su "nicoticida". Deja que llegue, sólo déjalo fluir.

El dolor pasará, porque la vida es dolor y la vida también se va: como agua entre los dedos de los niños en un río. Carpe Diem.
Posted by Picasa

2 comentarios:

  1. La vida no es dolor Ramón, aunque el dolor se aparte de ella,la soledad no es una compañera eterna aunque aveces acampe por demasiado tiempo a nuestro lado.
    Todo llega a su tiempo, aunque a nosotros nos paresca que no hay tiempo de llegada.
    Aveces uno solo debe vivir; y vivir significa sentir; lo que sea que se deba sentir en ese momento.

    ResponderBorrar
  2. Debo sentir... no me gusta mucho como suena. Aunque creo que no es la intención que llevas cuando lo tecleaste. ¿verdad?

    para mí, hoy es tiempo de acampar en Meribá, señorita.

    ResponderBorrar