Por ahora sólo puedo decir que la noticia me tiene sin palabras... El padre José María Claramount Claramount ha llegado a los brazos del Padre hoy en la mañana. Él se desempeñó como párroco durante mucho tiempo en la iglesia de Consolación. Sacerdote escolapio y un hombre de Dios, fue de los primeros padres de Catalunya en llegar a nuestro país. La misa será a las 7 y estoy seguro de que varios hermanos estarán allí.Yo voy a ir, y ya pondré algo más aquí...
Por lo pronto, Dios te guarde, bendito padre Joseph Maria.
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He vuelto de la misa concelebrada por la comunidad. Muchas cosas que ver, que oír, que sentir. A él lo tenían en su cajita nueva, con flores blancas encima y la tapa semiabierta. Una foto suya, del buen padre, el que a todos recibía con su peculiar sonrisa, estaba al pie del ataud. Muchas flores, coronas venidas de diversas partes, expresando la solidaridad con la comunidad escolapia y el sentimiento de dolor y alegría que la muerte de Joseph nos dejó a todos. Me senté justo al final del templo, no quería ser visto pero el padre Eloy me vio. De cualquier forma no cruzamos palabra.
Me quedé sentado un rato viendo el ataud, sabiendo que la cáscara yacía ahi, pero nuestro amado padre se encontraba pressente en una forma más sutil y verdadera. Luego volteé al confesionario, donde solía sentarse y orientar a su grey para que no se apartara del lado de Dios. Una palabra atinada, un pequeño jalón de orejas... qué sé yo. Me quedé pensando en la anécdota que mi madre me contó de cuando se fue a confesar con él. Muy lindo, se paró de su asiento y le abrió la puerta del confesionario.
Me levanté y salí por la puerta lateral, a lo lejos, cerca de la fuente, una mano saludó: el padre Javier. Lo fui a saludar, hablamos un poco y evitamos tocar el espinoso tema que, a fin de cuentas, nos tenía uno frente a otro. De la parroquia, de mi escuela, en fin... las trivialidades que se suelen tocar cuando un silencio sería más incómodo aún. El padre Tony estaba con nosotros también. Había que preparar lo necesario para la misa y yo volví a mi lugar en el templo, dejándolos trabajar en paz. Más ayuda...
La Eucaristía fue hermosa. El P. Javier dirigió la homilía. Habló de la felicidad, de como ésta no se encuentra aquí; de lo difícil que se torna estar en la presencia del Padre a través de la muerte de alguien a quien amamos; de la huella profunda que el Padre José Ma. dejó en todos nosotros y de como el Señor nos convoca aún en el dolor, a tener alegría y esperanza de reencontrarnos en su Reino.
El momento de la misa que más me gustó, me envolvió fue la consagración. Los hermanos de una misma comunidad, reunidos frente al cuerpo de quien se ofreció día y noche al Señor, extendiendo sus manos sobre las ofrendas para que el Espíritu las transformara, como ya atrajo a Sí al P. José. Y, ¿por qué no?, al mismo P. Claramunt concelebrando con ellos en Espíritu, unido con ellos porque está Vivo.
Después de la comunión, me quedé parado un ratito frente al féretro. Pensé en lo bueno que es José María y en el amor que irradiaba. Me acordé de los telegramas que me envió cuando comencé mi prenoviciado y cuando hice mis votos simples. Le agradecí ahí las oraciones que hizo por mí, indigno. Y canté la canción de Calasanz (Hubo un hombre) pensando bastante más en él, que en el Santo Viejo. No queriendo llorar frente a su cuerpo, me fui hacia mi lugar por entre la gente. Hubo mucha gente acompañando al padre.
Además, pude saludar a Armando, Julio y Elohí, juniores. El buen Elohí... pensar que apenas hacía unas noches habíamos conversado por el messenger; y ahora juntos por la muerte de un hermano. Sí, hermano, porque después de todo no he perdido la pista de los escolapios, porque un mismo Padre nos abraza con su caluroso amor.
Vuelvo a la casa con la alegría de saber que el padre José María nos espera en el cielo. Porque no tengo dudas de que ése es su lugar.
"Por qué buscan entre los muertos al que está VIVO? No está aquí, ha resucitado."
En nombre de la familia del padre Claramunt, quiero darle las gracias por su sentido escrito.
ResponderBorrarNos orgullece saber lo querido que era aqui en su ciudad de Oaxaca.
Le mandamos un abrazo desde Calella, su ciudad natal, en la provincia de Barcelona.
disculpe la pregunta, ¿se trata del padre Claramount quien trabajo aqui en la ciudad de Puebla, Mexico y fue director del colegio Carlos Pereyra de Puebla? si es asi, fue mi maestro de 1982 a 1984, gratos recuedos de el.
ResponderBorrarno, ya recuerdo, el padre Claramount q trabajaba en Puebla se llamaba Antonio, disculpen
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