27 enero 2006

Cansado y listo para descansar

Me levanté a las 10, mi padre había traído madera y un hombre a la casa. El hombre resulto ser ex-alumno suyo de Roatina, un pueblo cerca de Miahuatlán, en donde nací. Y la madera era para construir una bodega en la azotea. El armazón ya estaba listo, sólo faltaba forrar de lámina.



Subí a la azotea, pero nos dimos cuenta de que faltaba duela [una madera ancha] así que fui con mi padre a comprar más madera. Cuando volví, el muchacho, que se llama Edilberto [de verdad] ya había terminado un lado. Faltaban tres y lo ayudé a terminar. Primero el armazón y luego poner lámina. Empleamos todo el día en la obra, bajamos sólo a comer y seguimos trabajando. Al dar el cuarto para las seis, ya estaba terminada.



Recordé que tenía que ir a misa a San José, así que me metí a bañar, comí algo rápido y tomé un taxi porque ya no tenía mucho tiempo para llegar. Pero cuando llegué, resultó que la misa era a las ocho, no a las siete, como había pensado. Bajé con Gerardo a los tacos y ahí nos alcanzó Erika. Subimos y Christian no tardó en llegar; luego llegaron a la capilla Ruthi, Columba y Leti. Pero del padre.. ni sus luces. Llegó tarde, pero dijo misa rápido, jajaja.



Después, bajamos a la Parrilla, compramos una torta cubana para Colu y Ruth y una de ChoriQuesillo para mí. No es por dárseala a desear, pero estaba muy rica. Cenamos en casa de Ruth; aunque primero fuimos a despedir a Leti; y Gera y Erika ya se habían ido. Vimos novela y cenamos felizmente, pues, Ruth, Colu y yo.



Volví a casa, saludé a Gera que ya estaba esperando. Dejó un carrito [ya platicaré esa aventura] y había venido por él. Se lo llevó, yo entré a la casa y saludé. Me lavé y entré al cubil. Esa fue la aventura del día de hoy. Estoy muerto. Pero mañana hay que planchar .

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