Andares nocturnos

Hoy teve que volver de casa de Caro caminando a la mía. Recorrí el periférico desde la central de abastos (casi) hasta Chedraui. Mientras caminaba, comencé a recordar cuántas veces caminé con la misma mujer la ruta de mi prepa a la esquina de su casa. Esta noche recorrí también ese tramo, sólo que en sentido inverso. El sentido no ha sido lo único que camibió de aquél entonces.

En ese tiempo, yo tenía muy pocos años. Mi vida transcurría con la tranquilidad que da el tener a tus padres cerca, una casa en lugar privilegiado, una escuela simple y sin tanta exigencia. A los 15 años, ¿qué te duele?, ¿qué te preocupa? Uno no está decidiendo su vida. Hoy, a más de 6 años (de acuerdo, 7) mi corazón está más fogueado, mi vida se está definiendo para la profesión que elegí, mis padres están cerca, pero más cansados. La casa sigue estando en un buen sitio, pero la situación en Oaxaca no está para ponderar eso por ahora.

Cuando iba a la prepa, el tráfico de la ciudad no era tan pesado. En alguna oportunidad me fui caminando, con una de las peores crisis oculares que haya tenido. Me fui con los ojos cerrados, pegado a la pared. Dios me ayudó a llegar a casa. Ahora somos cada vez más; incluso la vialidad ha cambiado en el crucero de Símbolos Patrios y Periférico. El camellón después de Xicoténcatl es igual, sólo que ahora ostenta pintas, más basura y menos verde. Los anuncios y semáforos parecen desafiar al tiempo; pero tal vez pronto cambien.

En fin, mi Oaxaca se ha ido transformando. Hoy en la noche lo constaté. Caminar el periférico no fue una gran experiencia, ni un paseo como solía serlo amis 15 años. Esta vez había la suspicacia y mis sentidos estaban alerta ante cualquier posible contingencia.

Cuando llegué a los espejos, entre Xicoténcatl y Melchor Ocampo, vi a un nuevo Oti. Con un botón de la camisa desabrochado, con una guitarra en la espalda, lentes cuadrados y de pasta, cabello hacia atrás con algo de gel. Si me viera el Oti de 15 años me preguntaría tantas, tantas cosas y yo, sinceramente, no tendría respuesta para la mayoría de sus preguntas. Creo que estaría satisfecho de la mujer que tengo a mi lado. (Eso sí)

Pasé por casa de Julio. Antes habría tocado y saludado. Hoy no le dirijo la palabra ni sé que ha sido de su vida. Hay cosas que el tiempo concilia, pero es preciso que se borre primero a los que intervinieron... Seguí hasta llegar a la casa.

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¿Te parezco nostálgico, amigo lector? Pues tal vez haya sido que, al ver la luna -única que no ha cambiado y sigue tan hermosa como en todos los octubres- me dio por recordar. Hoy soy feliz también, no como lo era hace 7 años; las cosas que me alegraban antes, hoy no tienen el mismo efecto. Pero mi felicidad ahora se ve engrandecida por la oportunidad que la vida me presenta al colmar mi vida con su vino. No temo embriagarme, sé que estoy en brazos ciertos.

Definitivamente, ha sido bueno volver a caminar por Periférico a las 8 de la noche.