18 julio 2006

Scolded

Dentro de toda esta marea de sentimientos encontrados que tengo dentro, hay algo que queda claro: NARANJO NO ME DIJO QUE SÍ HABRÍA CLASES.

Hoy en la mañana estaba yo muy felizmente sentado en mi escuelita cuando llegó el Mtro. Naranjo (él es el encargado de traer y programar todo para que los estudiantes estén bien: director, rector o algo similar) Total que el maestro llega y directamente me encara y dice: "¿Qué pasó con usted ayer, maestro?" Yo me quedé estupefacto. Siguió hablando y diciéndome que estaba "muy decepcionado", que ayer sí habían habido clases y yo no había ido.

En el esquema que se nos entregó, describiendo las actividades de los alumnos para este mes, claramente indica que el lunes 17 no tendríamos clase alguna. El maestro aseguró que me había informado, yo estaba seguro que no, pero tampoco podía rebatirle, ¿verdad? No había mucho que hacer. "Le estuvimos llamando, ¡¿para qué tiene el celular?!" "Pues mi teléfono estuvo prendido todo el tiempo y sinceramente no sé que pasó... yo aquí no tengo llamada alguna".

Al rato hablé con el otro maestro y él me dijo que Naranjo no había dicho nada (según yo recordaba) Así que me relajé bastante y me dije: "Ramón, relájate y disfrútalo". El día entonces siguió normalito, bastante normalito.

Los grupos que tengo son los dos polos de una enseñanza. Por un lado está un grupo de señoras que están interesadas en aprender y parecen divertirse. Son tres y les gusta jugar a "mano derecho, pia izkerdo". En el opuesto de la balanza está un grupo que afirma ser avanzado pero que no conoce el pasado simple de los verbos castellanos. (!) Total que cada clase es algo de gramática, algo de vocabulario (mucho, de hecho) y un poco de conversación. Con todo y todo estoy tranquilo. Sé que ambos grupos volverán como llegaron, sólo que con dos o tres palabras nuevas. Eso es lo bueno del caso.

Estos grupos vienen a pasear, básicamente. Así que me conformo con que digan "buenoas deas" Jajajajajaja

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