ANVERSO
Hoy vivimos un bloqueo más, uno de tantos, uno de aquellos en esta ciudad. Y sin embargo fue algo especial. Los maestros de la sección XXII del SNTE convirtieron la ciudad en un caos más grande que en otros días. Cerraron todas las entradas a Oaxaca, taponaron cuatro o cinco de los cruceros más importantes y simplemente reventaron a varios.
Algunos los veían con ojos furiosos, pitando sus vehículos, como si mágicamente fueran a romper el bloque con el poder invisible del sonido. ¡Qué maravilla! ¡Qué ingenuidad! ¡Qué desesperación! Ver a tantas personas de pie en una esquina, esperando un camión que tarda más de 30 minutos en venir, en el mejor de los casos. Pero bueno, así es la vida a veces.
En la televisión, es obvio que la opinión manifiesta es: "éstos son unos criminales" o "no es justo lo que hacen con Oaxaca." Escuchamos a un líder transportista hablar de "pérdidas incalculables" debido al bloqueo. Vimos un hombre de alrededor de 50 a 60 años decir que había esperado un camión por una hora y que "¿por qué afectaban tanto a la población?" Se hizo hincapié en una imagen: un hombre con una barreta, forzando la entrada de un edificio. Los maestros habrían de recuperar la casa de la cultura del fraccionamiento el Retiro en la jornada de hoy.
Yo, pues yo me tuve que levantar a las 7 de la mañana para evitar el bloqueo. Ciertos amigos se fueron temprano y no vimos las películas que queríamos porque sabíamos del bloqueo y había que "ganarle." Me pareció muy curioso el comentario de Orlando cuando viajábamos sobre el periférico: "Como no cayera un aguacero hoy," sobre todo porque varios miembros de su familia trabajan bajo la intemperie.
REVERSO
En la tarde, caminé hasta el crucero de 5 señores. Hace unos años, caminé por el mismo sitio. Se llamaba, en aquel entonces, "la barricada de la muerte" y hoy la situación era muy diferente. Un hombre declaraba los motivos de la lucha magisterial. Reclamaba el divorcio de la mujer del ex presidente Fox y la hipocresía del vaticano. (sic) Otros pintaban una protesta contra el requisito de un nuevo emplacamiento para el parque vehicular del estado.
Las caras eran largas. Se gasta más cuando hay paro, se cansa uno, hay que estar en donde no quiero, esperando un pase de lista a las 5 de la tarde. Algunos leen, otros hablan entre ellos, los más se quedan viendo unos a otros, ven a los que cruzamos, como con cierto deseo de poder fugarse también, unos más, los menos, se piensan luchadores sociales.
El reclamo por la libertad inmediata de los presos políticos del 2006 me dejó pensando. A fin de cuentas, ¿quiénes los recuerdan? Sólo porque no son de mi familia, no son "mi gente" y me resulta cómodo quedarme ajeno a su situación precaria. La vida en la cárcel debe ser de lo más difícil. Más en el estado en que ellos ingresaron a los penales. Pero son recordados, al menos por algunos cuantos que aún quieren que salgan.
En suma, Oaxaca no es más que una moneda lanzada al aire. La historia la contará depende de lo que haya visto, águila o sol.
Algunos los veían con ojos furiosos, pitando sus vehículos, como si mágicamente fueran a romper el bloque con el poder invisible del sonido. ¡Qué maravilla! ¡Qué ingenuidad! ¡Qué desesperación! Ver a tantas personas de pie en una esquina, esperando un camión que tarda más de 30 minutos en venir, en el mejor de los casos. Pero bueno, así es la vida a veces.
En la televisión, es obvio que la opinión manifiesta es: "éstos son unos criminales" o "no es justo lo que hacen con Oaxaca." Escuchamos a un líder transportista hablar de "pérdidas incalculables" debido al bloqueo. Vimos un hombre de alrededor de 50 a 60 años decir que había esperado un camión por una hora y que "¿por qué afectaban tanto a la población?" Se hizo hincapié en una imagen: un hombre con una barreta, forzando la entrada de un edificio. Los maestros habrían de recuperar la casa de la cultura del fraccionamiento el Retiro en la jornada de hoy.
Yo, pues yo me tuve que levantar a las 7 de la mañana para evitar el bloqueo. Ciertos amigos se fueron temprano y no vimos las películas que queríamos porque sabíamos del bloqueo y había que "ganarle." Me pareció muy curioso el comentario de Orlando cuando viajábamos sobre el periférico: "Como no cayera un aguacero hoy," sobre todo porque varios miembros de su familia trabajan bajo la intemperie.
REVERSO
En la tarde, caminé hasta el crucero de 5 señores. Hace unos años, caminé por el mismo sitio. Se llamaba, en aquel entonces, "la barricada de la muerte" y hoy la situación era muy diferente. Un hombre declaraba los motivos de la lucha magisterial. Reclamaba el divorcio de la mujer del ex presidente Fox y la hipocresía del vaticano. (sic) Otros pintaban una protesta contra el requisito de un nuevo emplacamiento para el parque vehicular del estado.
Las caras eran largas. Se gasta más cuando hay paro, se cansa uno, hay que estar en donde no quiero, esperando un pase de lista a las 5 de la tarde. Algunos leen, otros hablan entre ellos, los más se quedan viendo unos a otros, ven a los que cruzamos, como con cierto deseo de poder fugarse también, unos más, los menos, se piensan luchadores sociales.
El reclamo por la libertad inmediata de los presos políticos del 2006 me dejó pensando. A fin de cuentas, ¿quiénes los recuerdan? Sólo porque no son de mi familia, no son "mi gente" y me resulta cómodo quedarme ajeno a su situación precaria. La vida en la cárcel debe ser de lo más difícil. Más en el estado en que ellos ingresaron a los penales. Pero son recordados, al menos por algunos cuantos que aún quieren que salgan.
En suma, Oaxaca no es más que una moneda lanzada al aire. La historia la contará depende de lo que haya visto, águila o sol.
luz
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