29 septiembre 2006

Oaxaca... un lamento

Anoche, al ir a Taizé, el P. Nacho nos pidió hacer un ejercicio de interiorización y bendición. En una de las etapas de la meditación, nos pidió visualizar Oaxaca y bendecirla, imponer nuestras manos sobre ella. Fue especial para mí, casi lloro de verla como está: convulsionada, rota, triste, rabiosa, desconfiada, desordenada.

Y es que, querido lector, Oaxaca significa para mí lo que Buenos Aires para Facundo Cabral. Oaxaca es mi Alfa de donde todos los viajes han salido y he aprendido; Oaxaca es el Omega a donde todos los recorridos de mis pies cansados terminan. Oaxaca es la Ítaca de Odiseo que me ha esperado siempre cada vez que parto. Oaxaca resguarda a mi Penélope, mientras la cobija con su calor vestal. Esta ciudad ha respirado mis más profundas alegrías y ha atestiguado mis más dolorosas amarguras.

Vine aquí cuando empecé a estudiar el bachillerato. Sus calles las recorrí a pie cuando el dinero escaceaba. Conocí Oaxaca gracias a Julio, Oscar, Carolina, Adriana, Betsabé, Claudia. Porque supe que la gente era buena, que abría los brazos y no se contentaba con verte sonreir, sino que esperaban alegrarte de verdad. Porque supe que la vida en esta ciudad sería buena.

De Oaxaca amo su tranquilidad, el acompasado pasar de los días que se lleva al habitante por entre estaciones y cambios sutiles de clima. Me encanta su lluvia, que de pronto convierte una llovizna en tormenta (o viceversa) El cielo azul que resplandece al mediodía y que se atenùa al llegar el tiempo de penumbras. La vista que rodea a mi pequeña ciudad: sus cerros, en especial el de San Felipe, que siempre me pareció muy impnente.

Amo esta ciudad y me duele profundamente que todo esto esté pasando. Aqui no quiero hablar de políticas o cosas así... Yo sólo deseo desahogar mi corazón que se acongoja ante el aspecto de una ciudad que llevo en el regazo. El tesoro de mi corazón, mi más hermosa casa, luce tan devastada que comprendo lo que los judíos debieron sentir en el 70.

Si me olvido de ti, Jerusalén, que se me paralice la mano derecha
que se me pegue la lengua al paladar...

3 comentarios:

  1. Te doy la razón Otto... Oaxaca está desordenada... de cabeza..!!:(

    Yo no soy Oriundo de esta hermosa ciudad y Estado que me ha dado muchas alegrias... le he tomado mucho cariño a este pedazito de tierra del suereste mexicano... :D ...

    Un fuerte Abrazo Coronel... no se me acongoje... estamos extendiendole la mano y abriendo los brazos para hacerle sentir que Oaxaca somos muchos y estamos en todo ser humano (Nótese: "SER HUMANO") que encuentre en su camino....

    Reciba un cálido abrazo.

    *Tobin llega mañana sábado

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  2. Mi hermano, realmente es preocupante y una ciudad tan pacífica como mi bella Oaxaca en la ke crecí y camine de pekeño, pues no logro aceptarlo todavia, jamás algun habitante de Oaxaca se imaginaba esto, ni en sueños lograbamos conciliar ke podria pasar...

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  3. Sólo para cerrar este capítulo, les puedo decir que el deseo de paz y orden es general.

    Dios nos ampare.

    Un abrazo fraterno y gracias por los comentarios.

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