Estando vagabundeando por aquí en la red de redes me encontré con un viejo amigo en el portal "hi5" y decidí dejarle un "comentario" en su "wall". Subiendo un poco en su página me percaté de cierto rostro "chulito" (como decimos aquí en Oaxaca) y di un clic sobre él. Mi sorpresa fue magnánima al darme cuenta que podía ver el "perfil" y la "página" de esta persona. Reservo su nombre por cuestiones de seguridad. Por lo que entendí, ella es una modelo que ha trabajado y posado para diversas revistas y campañas publicitarias. Tiene un corillo de amigos que la animan y dejan comentarios muy bonitos en sus fotos. Sí, como lo lees: entré a sus fotos. Creí que eso no se podía, pero la página de "hi5" no me puso ningún pero para entrar.
Me quedé pensando entonces: ¿Qué clase de seguridad puedo tener al colgar fotografías en ese tipo de portales? ¿Hasta qué punto no estoy arriesgándome para "compartir" algunos buenos momentos que pasé con ciertos amigos? ¿Es legal que cualquier hijo de vecino pueda ver mis datos privados? ¿No se supone que eso es muy arriesgado con esta situación tan canija?
Ahora ya me ha puesto a pensar respecto a las fotos que tengo en el facebook... porque le hago más caso a ese portal que al anteriormente mencionado. ¿Qué tan fácil puede ser localizarme? ¿Qué tan seguro estoy?
Y lo más irónico es que todas estas dudas las pongo en un blog, un cuaderno electrónico que no tiene forma de encriptar ni asegurarme que sólo ojos bien intencionados lo leerán. En definitiva: ¡Uy! ¡Qué miedo! ¿No?
Me quedé pensando entonces: ¿Qué clase de seguridad puedo tener al colgar fotografías en ese tipo de portales? ¿Hasta qué punto no estoy arriesgándome para "compartir" algunos buenos momentos que pasé con ciertos amigos? ¿Es legal que cualquier hijo de vecino pueda ver mis datos privados? ¿No se supone que eso es muy arriesgado con esta situación tan canija?
Ahora ya me ha puesto a pensar respecto a las fotos que tengo en el facebook... porque le hago más caso a ese portal que al anteriormente mencionado. ¿Qué tan fácil puede ser localizarme? ¿Qué tan seguro estoy?
Y lo más irónico es que todas estas dudas las pongo en un blog, un cuaderno electrónico que no tiene forma de encriptar ni asegurarme que sólo ojos bien intencionados lo leerán. En definitiva: ¡Uy! ¡Qué miedo! ¿No?
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