Mi padre es una de las dos columnas que sostienen mi casa. Desde que lo conozco, ha sido un hombre recio, testarudo y muy fuerte. No me refiero a la fortaleza de unos músculos de gimnasio -no me imagino a mi jefe "mama-Dolores"- sino a una grandeza de espíritu. Bueno, bueno, tal vez exagero, considerando que es mi padre y no podría tener un punto de vista muy objetivo que digamos. La idea es que en el sistema al que me he acostumbrado, mi padre juega un papel primordial en el sostén de la familia.
A principios de este mes, se sintió un poco mal. Desde enero tenía un pase para efectuarse unos análisis, hizo caso omiso. Pero esa mañana se levantó temprano, despertó a mi madre y le dijo: "vamos a que me hagan esos estudios, porque me siento muy mal". Así, fueron. Luego de conocer los resultados e ir al médico, mi padre comenzó un tratamiento para un cuadro de anemia. Le inyectaron 6 dosis de óxido ferroso. Sin embargo, las cifras renales causaron una fuerte preocupación en la doctora y sugirió que se le canalizara al ISSSTE.
Ya ahí, a mi padre lo turnaron con el especialista de los riñones. Un nefrólogo lo recibió ayer 23. Por los resultados de la química sanguínea, y sin darles más que una breve ojeada, el doctor ordenó que se le comenzara el proceso de diálisis. Regresaron a casa entre enojados, indignados y con la moral bastante abajo.
Mi padre quiso ir a ver a mi abuelo. El santo varón había estado llamando constantemente para preguntar por la salud de mi papá. Don Oti se preocupó mucho. Fuimos hoy a verlo para que estuviera más tranquilo. Ahí estuvimos un rato y platicamos. Después de visitar a mi abuelo, nos encaminamos para un consultorio que ya conocemos, de hace algún tiempo.
Hace más o menos 7 años, mi padre tuvo un cuadro gravísimo de anemia. Llegó a tener 2 de Hemoglobina (glóbulos rojos en la sangre) -el nivel normal es entre 14 y 18- y el médico del ISSSTE le ordenó internarse. Sin embargo, encontró una doctora naturista. -Sí de ésas que tienen su programa en el radio y recetan cuanto té se saben- Fue allá y, en cosa de un par de meses, el hombre estaba más animado y colorido que mi madre. Parecía un tomate. (con todo y la redondez, je, je)
Con este antecedente, fuimos al mismo sitio. Mi padre no quiere aún que se le practiquen las diálisis. Él sabe que llegará el momento (según él) pero también está firme en que eso es el último de los recursos que aún tiene. Uno de ellos es recurrir a la medicina alternativa -que ya probó sus resultados- Volvimos a casa con algo más de ánimo. Ya lo vieron y esperamos que, con todas las hierbitas que le recetaron, se recupere.
No sé qué tan dañado está su riñón. Sé que Dios ha sido grande con él, que su fe no declina ante esta prueba y que está bien confiado en seguir adelante. Sé también que Dios ha hecho sorprendentes cosas por su mediación. -Reconozco que las interpreto de otro modo, pero no dejo de aceptarlas- Espero, pues, que en esta batalla contemos con la ayuda del poder Superior.
===
Mi madre es la segunda columna en este espacio. Ella está resistiendo como puede. Ya le tocó sufrir una a ella sola. (la crisis de la que hice mención arriba) Ahora no está lista, ni fuerte para afrontarlo otra vez solita. Yo sé que su corazón no resistiría.
Algo me decía que el Señor me tenía preparada una grande... y aquí está. Ahora voy a empezar a hacerme cargo de lo que mi padre hacía cotidianamente. Hoy lo hablamos brevemente mi madre y yo. Sobre todo la cuestión de las compras y los pagos. Supongo que tendré que ayudar más en casa.
Eso no me causa ningún problema. Antes no lo hacía porque era la forma en que mi padre decía "yo estoy aquí". Ahora sé que delegará algunas de esas funciones, para recuperarse. Lo que en realidad me preocupa es si seré lo suficientemente fuerte para afrontar todo esto. Después de todo, mis pilares están grandes, tienen alguna que otra grieta y yo, me temo, tendré que ir poco a poco soportando ciertos pesos que no sé si podré. Estoy inseguro, tengo que reconocerlo. Pero pues, ya estoy frente a esto, le atoro o le atoro. No hay de otra.
Necesitaré sacar todas las fuerzas que sea capas...
A principios de este mes, se sintió un poco mal. Desde enero tenía un pase para efectuarse unos análisis, hizo caso omiso. Pero esa mañana se levantó temprano, despertó a mi madre y le dijo: "vamos a que me hagan esos estudios, porque me siento muy mal". Así, fueron. Luego de conocer los resultados e ir al médico, mi padre comenzó un tratamiento para un cuadro de anemia. Le inyectaron 6 dosis de óxido ferroso. Sin embargo, las cifras renales causaron una fuerte preocupación en la doctora y sugirió que se le canalizara al ISSSTE.
Ya ahí, a mi padre lo turnaron con el especialista de los riñones. Un nefrólogo lo recibió ayer 23. Por los resultados de la química sanguínea, y sin darles más que una breve ojeada, el doctor ordenó que se le comenzara el proceso de diálisis. Regresaron a casa entre enojados, indignados y con la moral bastante abajo.
Mi padre quiso ir a ver a mi abuelo. El santo varón había estado llamando constantemente para preguntar por la salud de mi papá. Don Oti se preocupó mucho. Fuimos hoy a verlo para que estuviera más tranquilo. Ahí estuvimos un rato y platicamos. Después de visitar a mi abuelo, nos encaminamos para un consultorio que ya conocemos, de hace algún tiempo.
Hace más o menos 7 años, mi padre tuvo un cuadro gravísimo de anemia. Llegó a tener 2 de Hemoglobina (glóbulos rojos en la sangre) -el nivel normal es entre 14 y 18- y el médico del ISSSTE le ordenó internarse. Sin embargo, encontró una doctora naturista. -Sí de ésas que tienen su programa en el radio y recetan cuanto té se saben- Fue allá y, en cosa de un par de meses, el hombre estaba más animado y colorido que mi madre. Parecía un tomate. (con todo y la redondez, je, je)
Con este antecedente, fuimos al mismo sitio. Mi padre no quiere aún que se le practiquen las diálisis. Él sabe que llegará el momento (según él) pero también está firme en que eso es el último de los recursos que aún tiene. Uno de ellos es recurrir a la medicina alternativa -que ya probó sus resultados- Volvimos a casa con algo más de ánimo. Ya lo vieron y esperamos que, con todas las hierbitas que le recetaron, se recupere.
No sé qué tan dañado está su riñón. Sé que Dios ha sido grande con él, que su fe no declina ante esta prueba y que está bien confiado en seguir adelante. Sé también que Dios ha hecho sorprendentes cosas por su mediación. -Reconozco que las interpreto de otro modo, pero no dejo de aceptarlas- Espero, pues, que en esta batalla contemos con la ayuda del poder Superior.
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Mi madre es la segunda columna en este espacio. Ella está resistiendo como puede. Ya le tocó sufrir una a ella sola. (la crisis de la que hice mención arriba) Ahora no está lista, ni fuerte para afrontarlo otra vez solita. Yo sé que su corazón no resistiría.
Algo me decía que el Señor me tenía preparada una grande... y aquí está. Ahora voy a empezar a hacerme cargo de lo que mi padre hacía cotidianamente. Hoy lo hablamos brevemente mi madre y yo. Sobre todo la cuestión de las compras y los pagos. Supongo que tendré que ayudar más en casa.
Eso no me causa ningún problema. Antes no lo hacía porque era la forma en que mi padre decía "yo estoy aquí". Ahora sé que delegará algunas de esas funciones, para recuperarse. Lo que en realidad me preocupa es si seré lo suficientemente fuerte para afrontar todo esto. Después de todo, mis pilares están grandes, tienen alguna que otra grieta y yo, me temo, tendré que ir poco a poco soportando ciertos pesos que no sé si podré. Estoy inseguro, tengo que reconocerlo. Pero pues, ya estoy frente a esto, le atoro o le atoro. No hay de otra.
Necesitaré sacar todas las fuerzas que sea capas...
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