26 diciembre 2006

Natividad

Ante el silencio profundo dejo que los dedos sigan su curso mientras las ideas se agolpan en mi cabeza.

Navidad. Esta vez fue algo diferente. Despojada de sus elementos llenos de zalamería y los empalagosos devenires de estas fechas, la Navidad para este año fue algo muy rico. No me refiero a descubrir un sentido profundo y sublime, ni al misticismo de un santo que levita ante la contemplación de la kénosis. Mi experiencia es más rasa, vulgar y sencilla. Una experiencia de corral a medianoche, de pastores convocados porque una mujer gritaba en una cueva, de una posada nauseabunda inapropiada que dio paso a la mayor radicalidad: Arriesgarse a ser hombre.

Dios se arriesga. Él puede quedarse ahí, pero elige no hacerlo. Pudo hacer las cosas de manera diferente (la que se te ocurra) pero quiso hacerlo así. Conoce al hombre porque es creación suya, pero en realidad no sabe qué es "SER HOMBRE". Entonces se arriesga. No viene a mostrarnos un camino a seguir, Él se hace camino. Riesgo, porque la plena libertad conduce al riesgo.

Dios es plenamente libre. Está loco (en ese sentido) porque se avienta a ser Hombre. Un hombre completo, un hombre al que le va a doler, que va a pasar por todo lo que nosotros podemos vivir en nuestras existencias. En su libertad, decide AMAR. Porque la naturaleza de Dios es el Amor. Entre más nos ama, más libre es; entre más libre es, más amor nos da. (No sé, algo así)

Es un amor incondicional. Es una libertad incondicional. Dios no deja de ser Dios para ser hombre. Él sabe QUIEN ES, así que integra la humanidad a sí. "Tanto amó Dios al mundo..." Ahora somos uno con Dios, porque Él nos acerca acercándose.

En la Nochebuena fui y canté en misa. Me divertí mucho con el Santo y el Cordero; con la coreografía que "alegra la Navidad"; con los despistes selectivos de JME. Me conmoví ante el descorrer de la cortina de acero andte una humilde horda armada de cantos, un carro hecho rápidamente y unas mujeres con canastas en la cabeza. Me sentí agradecido con el amigo que anima mi aventura aventurándose conmigo a 150 km/h. Me inconformé con dejarlo ahí.

Sí, mi Navidad no fue una navidad de villancicos, posadas, adornos y coronitas de adviento. No me moví con lo que la institución marca como ritos externos. Pero sé que dentro de mí se gestó algo más, algo que ahora no te puedo explicar. Jesús no es un flash de una noche. Dios nace en mí como un LIBRE-que-se-ARRIESGA. Por eso estoy feliz en este final de año.

Dios se la juega por Él y por mí. Lo que se hace por amor, vale la pena. (o sea que tarde o tempran causará algo de pena, sin perder su valor) Dios rompe con todo y da el salto... Jesús nace y se somete libremente a la vida humana, yo creo que por eso la goza tanto. Y claro, Jesús tiene que conquistar esa libertad humana y descubrir qué quiere hacer con su vida. Así que si quieres saber el resto de la historia que apenas comienza aquí, en un pesebre, checa esos libritos (4) que hay en algún lado de las biblias que venden por ahí. :D

3 comentarios:

  1. Otto, Ramón, Coronel (con mi manita en mi frente, ¿honores?): Eres genial, de verdad. mmm Jesucristo nunca me ha agradado. Pero tienes razón Dios(el loco) se arriesgo...Si se le púede decir así, sí, sí se puede.
    Me da muchisímo gusto que estés feliz, que le hayas dado un valor más allá del pagano a la shit navidad (para mí). Me la pasé bien molestando primitos y comiendo como el marrano.
    Feliz, feliz.

    ResponderBorrar
  2. jaja, hermanote te falto decir en donde se aplicaron los 150 km/h.jaja me rei mucho cuando leí eso me dije a que cosas, es que la otra ves no llegamos a misa, y esta ves dije no, ahora si llegamos ahuev..

    Está muy buena esa de: Dios es plenamente libe (está loco) jojo, si que lo esta y creo ke eso heredamos y estamos peor tantito de lokisimos..

    saludos hermanote..

    ResponderBorrar