18 diciembre 2008

Razones... ¿o pretextos?

Si contara cada vez que estando frente a este editor de blogger he borrado lo ya escrito por considerarlo superfluo, poco interesante, aburrido, falto de "crunch", o simplemente porque decía ciertas cosas que no quería decir (al menos no en voz alta) me faltarían dedos en pies y manos.

Tengo que reconocer que en ciertas ocasiones me descubro a la mitad de mis escritos falto de inspiración. Lo más terrible es cuando estoy por finalizar y descubro que simplemente no tiene pies ni cabeza. En inglés existe una palabra: "rambling" (que tiene otra acepción muy curiosa) y que define lo que pasa a veces aquí. Tengo más de tres párrafos llenos de absoluta nada. Como si el mismo Aleph los hubiera tragado y regurguitado posteriormente. Me hallo sin cadencia, sin simpleza, cargado de una serie de temas sin conexión y -lo peor- faltos de importancia.

Esa falta de importancia me ha evitado escribir en más de dos ocasiones. De pronto mi vida está clavada en una especia de rutina caliginosa que no tiene para donde ir. Me ocupé la vida en trabajar de lunes a domingo sin realmente tomar sabor a mi regreso. (será que no quería saborear mi tierra después de todo) Hay dentro de mí la sensación que ahora no pasa nada emocionante para que aprecie con más intensidad cuando algo así suceda. Pero mientras sucede, ¿de qué escribo? ¿Cómo lleno este vacío de tres meses y les digo que no hice nada?

El cómo me ha llevado a dejar los dedos descansar. Yo digo que le falta "crunch", o sea que no tienen la misma calidad de antes. Mis posts se han vuelto largos, sin gracia... escurridos, como los restos de un raspado arrojado contra una pared de tercero de primaria. Estoy insatisfecho, y es por eso que me he quedado fuera tanto tiempo. A veces creo que antes tenía alguna misteriosa energía que me ha ido abandonando y no sé si volverá algún día feliz.

Tal vez a veces vuelve, pero la entierro. En momentos los dedos me traicionan y salen ciertas cosas que no quiero que aparezcan aquí. Así que lo borro, lo dejo para después: cuando los dedos estén más aletargados y dispuestos a seguir el voto de silencio que, está visto, no les puedo imponer. Aunque sea un monólogo, pues me sé leído, pero no tengo respuestas...

Y así, después de tres meses parece que todo ha vuelto a su sitio. Entendí que hay que esperar y que la espera podrá ser más grande de lo que pensé. Entendí que por algo hay que empezar y que de pronto los planes no salen como uno los crea. Entendí que la vida es algo más que la aventura y que el sistema nos va absorbiendo sin que nos demos cuenta. Entendí que a pesar de todo nuestra esencia se mantiene y que podemos seguir soñando, mientras esperamos, absorbidos como estamos por el sistema. Ja, ja, ja. ¡Vaya conclusión ésta!

Así, volveré a publicar más seguido. Desde esta pequeña torre, que se ha convertido en estudio y sala de cine, entre otras cosas. Y tú, querido lector, ¿publicarás?

No hay comentarios.:

Publicar un comentario