Siempre me ha gustado este mes. En parte porque mi cumpleaños es en el vigésimo tercer día del mes; el día del maestro es el décimo quinto. Mayo es el quinto mes del año, cinco parece ser mi número favorito después de todo. Además, es un mes que tiene elementos de dos estaciones. Anuncia el verano, aunque el calor de la primavera nos inunda muchas veces. Últimamente hemos tenido más calor que frescura en nuestros mayos en Oaxaca. (Supongo que eso del cambio climático alterará mi idea de mayo para siempre) Espero que este mayo esté lleno de historias buenas, de experiencias emocionantes…
Por lo pronto, mayo empezó con un ataque relámpago de los norteamericanos a un pequeño pueblo en Paquistán y la muerte de uno de los hombres más buscados en el mundo–si no el más– Los Estados Unidos parecen dejar en claro que su determinación –o la obstinación de sus muy comprometidos líderes– no tiene límites ni descanso. El monstruo que ellos crearon y se volvió contra su generador está muerto. Dos disparos bastan para acabar con la vida de un hombre pero, ¿acabarán con la idea? ¿Estamos más seguros? Yo no me siento particularmente aliviado, ni creo que se haya hecho justicia. La ejecución suena más a venganza, acto desesperado por poner a la gente del lado del gobierno. No sé, creo que estudiar un poco de historia te vuelve ligeramente paranoico respecto a las verdaderas intenciones de los líderes.
En algo más doméstico, los albañiles están coronando cadenas en esta semana. Eso significa que la hora de poner un techo sobre los tres pequeños espacios que se han estado construyendo en estos meses se aproxima. Me emociona el hecho de que la casa crezca. Más porque será mi espacio y la vida será distinta. Podré ponerlo como yo quiero; tal vez fundiré lo que he aprendido en toda mi vida sobre una casa, una habitación, un baño, etc. Ja, ja, ja... me percibo como un pequeño con juguete nuevo. Ya veremos como va funcionando todo esto. Espero que para mi cumpleaños ya esté el techo. Con los acabados y lo demás, supongo que tardaremos un mes más. Para junio espero tener el techo sobre mi cabeza.
Hoy es cinco de mayo, me dieron el día y estoy oyendo este programa de radio y escribiendo esta entrada. Una taza de café adereza la historia. Mi vida parece tranquila. La tormenta va por dentro. Yo sigo tratando de saber qué quiere de mí. Hoy –por lo pronto– todo va con calma. Cada día tiene su afán y una cosa a la vez me han sacado adelante.
Y a vos, ¿qué te afana, querido lector?
Por cierto, haz clic en los enlaces :D
No hay comentarios.:
Publicar un comentario