22 julio 2009

Maple

no tocar aquí

He vuelto.
No sé cuantas veces lo he dicho... pero pues en fin.

En primer lugar, debo decir que ya tengo un trabajo, lo cual me llena de felicidad y me permite comprarme dos chicles de vez en cuando si tengo ganas. (los chicles también me hacen feliz)

¿Dónde? En una academia de inglés que está al norte de la ciudad. Maple Academy es una escuela donde el trabajo es intenso, pero agradable. Los compañeros de trabajo son amables y los estudiantes llegan (en su mayoría) abiertos a experimentar con el idioma que aprenderán, lo que nos de da muchas opciones para trabajar con ellos. Ahí llegué gracias a una compañera de la carrera, la amiga Miriam. Mira lo que son las cosas, amigo lector, de quien menos uno espera la ayuda, ésta llega. Gracias a Miriam y las recomendaciones que hiciera de mí una maestra que antes se desempeñó como coordinadora administrativa estoy dando clases allí.

Hoy me pasó algo curioso en clase. Como estamos viendo el presente continuo, pensé que una canción que incorporara dos o tres frases con esa gramática sería buena para los estudiantes. Así, puse en práctica una vieja actividad que diseñé en mis tiempos de carrera. La hice para una clase llamada "Diseño de Materiales" y preparé tiras de cartulina con la canción "I'm looking through you" de los Beatles. La idea es que los estudiantes toman las tiras y forman la letra de la canción con ella. Era todo hipotético: nadie jamás había tocado las tiras... hasta hoy.

Mientras los estudiantes ponían atención a la canción e iban pegando las tiras en la pared del aula, me sorprendí recordando lo que tuve que pasar para hacer el material que estaban manipulando. Una noche cortando las tiras y escribiendo con letra grande las frases que, hacía muchos años, Lennon y McCartney habían unido a una melodía "muy rockera" (como dijo Sam, una de mis alumnas) El trabajo detrás de cada actividad por fin fue recompensado. No es que no haya disfrutado la calificación que me saqué, pero una actividad no es tal hasta haber pasado por su ciclo natural: "ser hecha, realizada"

Y luego, al cantar y verles la cara de satisfacción (a algunos) por haber hecho el trabajo ellos solos, me contagió de esa felicidad que sólo quienes practican mi profesión podrían comprender.

Esto es así: subo a la escuela todas las mañanas cargado de esperanzas y bajo por la tarde con una carga de sentimientos encontrados, pero contento de haber hecho lo que me gusta un día más, agradecido con la Vida por semejante regalo. No cabe duda que cuando disfrutas lo que haces, las cosas se van dando. Mi vida dista de ser perfecta, pero tengo la dicha de dedicarme a una actividad que me llena de alegrías, que me gusta hacer y que (modestia aparte) hago bien.

Así, mi querido lector, espero poder seguir haciendo esto que tanto me gusta y que pueda ganar algo con ello. No sólo de pan vive el hombre, pero hace falta un poco de vez en vez.

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