16 junio 2009

Artemisa

A veces la historia prueba eso de ser tan cíclica. Aunque claro que todo esto es una mera teoría. De pronto todo parece encajar tan bien que hasta da miedo. Pero nunca se le puede creer a esta vida, después de todo en ocasiones parece que somos parte de una inmensa, azarosa y sorprendente vida.

Esto por la conversación que tuve con una de las personas más especiales en mi propia historia. Alguien con quien la vida me puso lado a lado y que de pronto también se fue para dejar lugar a algo lindo, que me preparó para cientos de experiencias diferentes. Puedo decir que ella fue un prólogo perfecto, una overtura maravillosa, la puerta y el panecillo de Alicia.

Siempre ha sido un placer compartir con ella. Su corazón es el de un león, pero a veces se olvida de su fuerza. Creo que nos completamos de forma muy interesante por lo opuestos que somos. Es un ser en movimiento y a mí siempre me ha deleitado verla. Ella admira mi capacidad reflexiva. Ja, ja, ja.

Al final, nuestros mundos no han coincidido realmente, al menos no en forma tal que nos lleven más allá. No me cabe duda de que habrá siempre un capítulo por escribir, siempre esa tensión y siempre un pequeño "y si..." que nos ronda al vernos, al hablar. Promesa que no será cumplida hasta que el tiempo llegue.

Tantos siglos, tantos mundos, tanto espacio, y coincidir.

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