Tengo una gran expectativa y, sin embargo, estoy en medio de una calma que no puedo explicar, ni comprender. Yo, que siempre analizo lo que me ocurre, que vivo para saber el mundo y conocer la realidad circundante, tengo que esperar y confiar. Como una semilla bajo la tierra, o en el morral, o en el viento... a la espera de despertar y ser lo que ha venido a ser. Pero al verla, uno se piensa que no pasa nada en su interior, hasta impasible se nos antoja.
Hoy me han dicho que luzco triste, apesadumbrado... yo mismo me saboreo lleno de emociones encontradas. No estoy confuso, como antes, más bien me encuentro al umbral de algo que me ha esperado de vuelta, con una decisión tomada... Soy como la cuerda del arco, tensa, antes de la batalla... Al mismo tiempo, miro a mi familia y mis amigos, sé que los dejaré, que atravesaré una cortina invisible que pondrá incluso enemistad entre ellos y yo... He experimentado mis miedos más intrínsecos: rechazo y fracaso. Hoy sé que ellos me causan temor porque conducen a la soledad, no solitariedad, sino la desolación. Sigo temiendo, pues la desolación de hallarme sin la experiencia de lo extraordinario en mi vida. Miro a la Escuela Pía que ha crecido en mi México en estos tiempos. A veces me gustaría colaborar de inmediato, luego recuerdo que aún no estoy listo, pero que me alistaré...
Sé quién soy y que debo seguir el camino escolapio para cumplir mi misión personal en este mundo. Me lleno de entusiasmo ante esa posibilidad, el reto delante de mí, la senda por recorrer; Me lleno de reverencia al saber que todo esto no es mío, no lo escogí, sino fui llamado (tal cual los doce que vivieron cerca de Él) Me lleno de tranquilidad de saber que Quien me ha llamado, me sostendrá en esta batalla, sin fallar, aunque yo fallare; Me llena de temor que mis fallos me alejen, me convenzan de que lo mejor es dejar de soñar y abandonar el camino es la mejor opción; Me lleno de inseguridad saber que no sé... el misterio me asombra; Me lleno de alegría porque he descubierto algo que hay dentro mío, en mi centro, que ha puesto Dios mismo desde mi creación; Me lleno de paciencia y Me lleno de impaciencia porque tengo que seguir en este limbo un tiempo más.
Pido a Dios que me sostenga. Todo lo Espero en Dios que me fortalece.
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