Tengo un sueño enorme... bueno, pero ya terminó el lunes. De pronto me he dado cuenta que estoy envuelto en una rutina bastante pesada. Me queda claro, sin embargo, que alguna vez tendré qu enfrentarme a situaciones como ésta en la vida profesional. En parte me gusta: estar ocupado, subir, bajar, tener algo qué hacer y hacerlo bien. Poco a poco me voy mermando porque tampoco estoy hecho de hule.
Comienzo el día alrededor de las 7 de la mañana, una ducha y hay que correr. Llego a la cafetería cuando aún está oscuro, hace frío pero el abrigo me salva un poco. Como lo esencial, ahora han abierto una línea de omeletes que mejora mucho aquellos huevos que antes se servían. (Y que siguen ahí por si alguien se siente dispuesto) Al salir de la cafetería me espera la nieve, que comienza a caer.
Son las ocho treinta y el profesor Dugas llega al salón. Política Exterior de los Estados Unidos es lo que discutimos por una hora. Su ritmo es pausado, pero habla de muchas cosas, así que hay que estar atento para aprovechar lo más posible. Voy de oyente, así que me relajo más en esa clase. En cuanto termina, debo ir a la biblioteca pues tengo clase en el tercer piso. Un profesor visitante, algo nervioso de carácter pero afable en su trato, nos guía en una retrospectiva sobre la Revolución Francesa y el régimen Napoleónico. Curiosamente debo volver al mismo salón de la mañana para mi tercera clase. La segunda parte de la telenovela: Historia de Estados Unidos 2. Ahora es el esposo de la profesora que tuve el primer trimestre. Me gustan las clases, son interesantes. A veces me siento cansado del mismo tono de los tres profesores... pero es algo que forma parte de las circunstancias en las que estamos metidos.
Así, a la 1:05 las clases terminan. Hay que seguir a la cafetería para ver si podemos hacernos de algunas viandas antes de desfallecer. No hay más. La tarde se hizo para preparar los laboratorios y las clases del día siguiente. Me he venido durmiendo a las 2 de la mañana los últimos días. Paulatinamente mi organismo vuelve a la rutina del otoño.
La rueda sigue y sigue girando hasta que los mismos sueños nos van despertando... yo apenas quiero dormir... necesito una siesta... debo dejar de cerrar los ojos cuando no estoy en clase... tampoco hacerlo cuando esté en clase... el sueño es peligroso: nos conduce al lado oscuro. Ja, ja, ja, ja, ja
Comienzo el día alrededor de las 7 de la mañana, una ducha y hay que correr. Llego a la cafetería cuando aún está oscuro, hace frío pero el abrigo me salva un poco. Como lo esencial, ahora han abierto una línea de omeletes que mejora mucho aquellos huevos que antes se servían. (Y que siguen ahí por si alguien se siente dispuesto) Al salir de la cafetería me espera la nieve, que comienza a caer.
Son las ocho treinta y el profesor Dugas llega al salón. Política Exterior de los Estados Unidos es lo que discutimos por una hora. Su ritmo es pausado, pero habla de muchas cosas, así que hay que estar atento para aprovechar lo más posible. Voy de oyente, así que me relajo más en esa clase. En cuanto termina, debo ir a la biblioteca pues tengo clase en el tercer piso. Un profesor visitante, algo nervioso de carácter pero afable en su trato, nos guía en una retrospectiva sobre la Revolución Francesa y el régimen Napoleónico. Curiosamente debo volver al mismo salón de la mañana para mi tercera clase. La segunda parte de la telenovela: Historia de Estados Unidos 2. Ahora es el esposo de la profesora que tuve el primer trimestre. Me gustan las clases, son interesantes. A veces me siento cansado del mismo tono de los tres profesores... pero es algo que forma parte de las circunstancias en las que estamos metidos.
Así, a la 1:05 las clases terminan. Hay que seguir a la cafetería para ver si podemos hacernos de algunas viandas antes de desfallecer. No hay más. La tarde se hizo para preparar los laboratorios y las clases del día siguiente. Me he venido durmiendo a las 2 de la mañana los últimos días. Paulatinamente mi organismo vuelve a la rutina del otoño.
La rueda sigue y sigue girando hasta que los mismos sueños nos van despertando... yo apenas quiero dormir... necesito una siesta... debo dejar de cerrar los ojos cuando no estoy en clase... tampoco hacerlo cuando esté en clase... el sueño es peligroso: nos conduce al lado oscuro. Ja, ja, ja, ja, ja
HOLA MONSTRUO:
ResponderBorrarPOR LO QUE SE VE TU DÍA ES EXCESIVAMENTE AGITADO... PUES CON UN NUEVO CHISME... EN MI NUEVA CD., O SEA EN AGUASCALIENTES, TENGO QUE SER ALUMNA EN VEZ DE TEACHER... AL MENOS POR ESTE SEMESTRE... Y EN LO QUE PASO EL TOEFL Y EL TOEIC... PORQUE AHORA RESULTA QUE AQUI ME ESTÁN OBLIGANDO A QUE TOME EL TOEFL... Y EL TOEIC LO QUIERO TOMAR POR MI CUENTA... ASI QUE TENDRE QUE SER ALUMNA DEL AUTO ACCESO DE LA UNIVERSIDAD DE AGUASCALIENTES... HASTA QUE TOME EL TOEFL Y LO PASÉ... AHHH... TODAVIA NO ME REPONGO DEL TKT... CUANDO TENGO QUE PRESENTAR LOS OTROS... PUES A VER QUE PASA... ESPERO PRONTO VISITES MI PÁGINA... Y DEJES HUELLA... JAJAJA... BESOS