Desde lo oscuro de mis sueños, una idea me asaltó una tarde mientras caminaba hacia la Soledad: "¿Y si tuviéramos un retiro?" Casi de inmediato pensé en que las alternativas eran varias y que se podría intentar, aunque en un futuro lejano... muy lejano. Después de todo, en alguna ocasión se planeó un "viaje de tres" que acabó en nada, y eso que era sólo vacacionar y éramos poquitos.
Con todo y todo, puse la idea sobre la mesa y la reacción del grupo me entusiasmó. Comenzamos una serie de preparativos y movimientos con el fin de terminar un poco más unidos y con una experiencia de comunidad que contar, que vivir, que explotar. Los chavos hicieron la mayor parte del trabajo. (comprendí la frase aquella de José Luis: "un coordinador coordina, eso es lo que hace")
Hoy, lunes, ya despejado y descansado de todo el fin de semana, puedo darme un poco de tiempo -muy poco, por cierto- para estas líneas.
Salimos mientras la lluvia se descolgaba como despedida para un grupo pequeño de aventureros. El frío y los nervios nos acompañaban, y algo de cada uno dejaba que nuestras manos temblasen un poco. De todos cuantos se contemplaron para la expedición, sólo unos llegaron esa tarde de viernes a la terminal. Algo detuvo a unos, y aunque los extrañamos, supimos que una voluntad superior había determinado que era lo mejor.
Llegamos de noche, algo de brisa fresca nos dio la bienvenida y luego a casa. Nos apresuramos a acomodarnos, preparar la cena e iniciamos con lo que sería un retiro muy sui generis. Los sandwiches de esa noche se prepararon con haarta mayonesa, tanta que a la pobre de -alguien- le dio dolor de estómago al día siguiente. Era tarde, así que tomamos café que mi madre había preparado. Después de cenar tuvimos los dos primeros temas, una oración y una pequeña reflexión. Luego a dormir. Aunque -alguien más- no captó la palabra dormir e hizo plática un rato más... con ella misma porque -otro- se durmió.
Al día siguiente hicimos lo que pudimos por mantenernos despiertos. Stábamos algo cansados, pero contentos y los chicos poco a poco fueron entrando en la dinámica pensada exclusivamente para ellos. Trabajamos una serie de temas orientados al concepto del discípulo -> grupo -> JME
Al final del segundo día, más repuestos y dispuestos discutimos someramente las soluciones que podrían darse en el grupo, lo que daremos: nuestros dones al servicio del grupo y estar listos porque no es fácil y un grupo no es color de rosa, sino friccionado de vez en cuando. Como los 12, que no eran perfectos y no eran afines, pero Jesús los llamó. Hicimos un compromiso y se firmó. Debo aclarar que en ningún momento me pasó por la mente algo así, pero se dio conforme la misma dinámica (Espíritu Santo) nos fue impulsando.
Regresé muy tranquilo y satisfecho de lo que vi, de lo que sentí por parte de los chavos. Ojalá esto sirva para unirnos un poquito más, para que entendamos que lo de Dios a Dios y lo del César al César y que sepamos vernos como hermanos. Nosotros no escogimos estar aquí, Él nos llamó. Ahora hay que responder juntos porque así lo ha querido.
D I S C Í P U L O S : Eso somos.
PD: Ya les avisé que me iré... ups
Con todo y todo, puse la idea sobre la mesa y la reacción del grupo me entusiasmó. Comenzamos una serie de preparativos y movimientos con el fin de terminar un poco más unidos y con una experiencia de comunidad que contar, que vivir, que explotar. Los chavos hicieron la mayor parte del trabajo. (comprendí la frase aquella de José Luis: "un coordinador coordina, eso es lo que hace")
Hoy, lunes, ya despejado y descansado de todo el fin de semana, puedo darme un poco de tiempo -muy poco, por cierto- para estas líneas.
Salimos mientras la lluvia se descolgaba como despedida para un grupo pequeño de aventureros. El frío y los nervios nos acompañaban, y algo de cada uno dejaba que nuestras manos temblasen un poco. De todos cuantos se contemplaron para la expedición, sólo unos llegaron esa tarde de viernes a la terminal. Algo detuvo a unos, y aunque los extrañamos, supimos que una voluntad superior había determinado que era lo mejor.
Llegamos de noche, algo de brisa fresca nos dio la bienvenida y luego a casa. Nos apresuramos a acomodarnos, preparar la cena e iniciamos con lo que sería un retiro muy sui generis. Los sandwiches de esa noche se prepararon con haarta mayonesa, tanta que a la pobre de -alguien- le dio dolor de estómago al día siguiente. Era tarde, así que tomamos café que mi madre había preparado. Después de cenar tuvimos los dos primeros temas, una oración y una pequeña reflexión. Luego a dormir. Aunque -alguien más- no captó la palabra dormir e hizo plática un rato más... con ella misma porque -otro- se durmió.
Al día siguiente hicimos lo que pudimos por mantenernos despiertos. Stábamos algo cansados, pero contentos y los chicos poco a poco fueron entrando en la dinámica pensada exclusivamente para ellos. Trabajamos una serie de temas orientados al concepto del discípulo -> grupo -> JME
Al final del segundo día, más repuestos y dispuestos discutimos someramente las soluciones que podrían darse en el grupo, lo que daremos: nuestros dones al servicio del grupo y estar listos porque no es fácil y un grupo no es color de rosa, sino friccionado de vez en cuando. Como los 12, que no eran perfectos y no eran afines, pero Jesús los llamó. Hicimos un compromiso y se firmó. Debo aclarar que en ningún momento me pasó por la mente algo así, pero se dio conforme la misma dinámica (Espíritu Santo) nos fue impulsando.
Regresé muy tranquilo y satisfecho de lo que vi, de lo que sentí por parte de los chavos. Ojalá esto sirva para unirnos un poquito más, para que entendamos que lo de Dios a Dios y lo del César al César y que sepamos vernos como hermanos. Nosotros no escogimos estar aquí, Él nos llamó. Ahora hay que responder juntos porque así lo ha querido.
D I S C Í P U L O S : Eso somos.
PD: Ya les avisé que me iré... ups
Oh, pues que bien, que bien que anden en lo suyo, tus lecturas están llenititas de fraternidad.
ResponderBorrarabrezines!!